LUIS VENTOSO, ABC – 25/04/15
· Propuestas como las de Mas, Junqueras o Podemos ofenden al principio de realidad.
El HSBC es el mayor banco británico, con 60 millones de clientes, y en algunos parámetros, el tercero del mundo. Hace unos días su cúpula se reunió con inversores de Hong Kong y los escuchó. El jueves por la noche, de regreso en Londres, donde el banco tiene su sede, el consejo se reunió y acordó valorar la posibilidad de llevarse su cuartel general fuera del Reino Unido. ¿Las razones? Dicen que no les gustan la subida de impuestos a la banca ni la regulación más estrecha que siguió al descalabro financiero de 2008. También pretextan que están inquietos ante el deseo de Cameron de convocar un referéndum sobre la continuidad en la UE; no quieren perder las ventajas de la Unión. Por último, el 80% de los beneficios de la entidad ya vienen de Asia, porque Europa va camino de ser un bonito parque temático (ellos, simplemente, trabajan más que nosotros).
El anuncio del banco ha recorrido el Reino Unido como un escalofrío. La City es la meca financiera mundial y la primera industria del país. HSBC no es ninguna hermanita de la caridad, ciertamente, acaba de verse inmerso en escándalos por manipular divisas y por ayudar a evasores en Suiza. Pero mantiene 48.000 buenos empleos en el Reino Unido. Si decide que Londres ya no le interesa y se va con la música a Hong Kong será un problema inmenso, el inicio del declive de la City.
A finales de enero, el partido comunista Syriza ganó en Grecia con un espectacular catálogo de aguinaldos sociales y la promesa de que las medidas de ahorro se irían a hacer gárgaras. Tres meses después, el ministro calvo de la camisa por fuera ha dado la vuelta a Europa varias veces y por fin se ha enterado de lo obvio: sus promesas eran quiméricas y nadie les va a regalar dinero si no pagan y si no dejan de dilapidar el parné ajeno. Ayer en Bruselas, al pinturero Varufakis le cayó un chorreo épico de los otros ministros de Economía de la UE. A Grecia solo le quedan ahora dos salidas, y ninguna es el mundo feliz de Syriza. O aceptan el rigor contable y a cambio vuelve a recibir préstamos, o serán expulsados del euro, el famoso Grexit, con la consiguiente plaga económica para los helenos.
Mientras por ahí pasan estas cosas, en España siguen copando foco partidos con idearios infantiles, que insultan al sentido común y al principio de realidad. Tal es el caso de la palabrería comunistoide de Podemos, que propone lo que Syriza ya ha demostrado absurdo. O de los pertinaces Mas y Junqueras, que propugnan que Cataluña abandone un país estable de la UE para crear una Albania mediterránea y patriotera, de la que el capital huiría en moto en el minuto uno. Si el Reino Unido, un país de 64 millones de habitantes, un polo de atracción global, no resulta atractivo para el HSBC fuera de la UE, cuesta imaginar el gancho de una república catalana de 6,5 millones, que quedaría mutilada sin el resto de España, su mercado principal y el avalista que le permite financiarse.
Hablar es gratis, pero los ciudadanos no son imbéciles. Por eso, en contra de los oficios fúnebres en boga, me temo que, superado este sarampión que ha provocado la crisis, en España habrá bipartidismo para rato.
LUIS VENTOSO, ABC – 25/04/15