IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

La OCDE nos dio ayer una mala noticia. Otra más. La última previsión para este año (-11,6%) confirma las peores expectativas y la correspondiente al 2021 (+5%) se queda lejos de nuestras mejores esperanzas. La economía española se contraerá de nuevo en el último trimestre, como consecuencia de las restricciones impuestas por la segunda ola de la pandemia, y dará como resultado el segundo mayor recorte del PIB del organismo que reúne a las economías occidentales, ya que solo Argentina lo hará peor. Todo un récord.

¿Qué hemos hecho mal? Algunas cosas. ¿Por qué hay tantos países de nuestro entorno con similares problemas sanitarios y con mejores resultados económicos? Pues porque hemos planificado muy mal las restricciones a la movilidad. Se han priorizado las exigencias sanitarias, lo cual está muy bien, pero se han postergado las repercusiones económicas y eso tiene su coste. Y hemos dirigido las medidas aplicadas, prácticamente en exclusiva, a paliar las consecuencias de la crisis y no a solucionar sus causas.

Y luego, claro, tenemos peculiaridades propias o compartidas con algunos pocos países. Como por ejemplo el efecto del turismo. Los datos proporcionados por el Banco de España relativos a la balanza de pagos nos hablan del terrible impacto causado por la afectación de la movilidad. A esa lumbrera que tenemos como ministro de Consumo le parece que el turismo es un sector con muy poco valor añadido. Claro. ¿Le parece poco valor el que hayamos dejado de ingresar 43.000 millones en los nueve primeros meses del año, regresando a los niveles de 1990? ¿Le parece poco preocupante un sector que aporta, solo de manera directa, el 12,3% de nuestro PIB? ¿Le parece poco que entre enero y septiembre hayamos recibido 16,8 millones de turistas que se comparan mal con los 66,9 millones que entraron en ese periodo del año anterior? ¿Le parecen pocas las (50 millones) personas que vinieron a nuestro país a gastar la renta que generaron en el suyo? ¿Cómo es posible que alguien como este señor sea ministro? ¿O es que da igual quien lo sea, con tal de que sepa aplaudir fuerte a nuestro amado líder?

Pasamos por alto muchas cosas. Otro día le tengo que hablar de las declaraciones de la ministra de Industria, cuando afirmó hace unos días que la bajada del IVA solo serviría para engordar las cuentas de resultados de las empresas, sin darse cuenta de que en ellas e inmediatamente antes del BDI (Beneficio después de Impuestos) están -qué cosas- precisamente los impuestos pagados por las compañías. Sí, esos que sirven para pagar su sueldo, entre otras nimiedades.