Eduardo Uriarte-Editores
Me reprocha el amigo Elorrieta que no escribo, y me lo reprocha con razón. Yo me excuso en que estoy pasmado. “!Pasmao¡” como lo diría mi admirado Felipe González. Un estar “pasmao” paralizante ante la falsedad, la desfachatez y el descaro del que nos gobierna.
Pero la última, sus declaraciones en el Congreso, en las que ni siquiera intentando hacer una apología de la Constitución en su onomástica consigue la menor credibilidad y coherencia, han resultado ser en mi caso todo un tratamiento de choque ante mi enfermiza pasividad. Tamaña fullería no la recuerdo ni en lo más duro de la literatura picaresca, ni en los quinquis que conocimos cuando acabamos Elorrieta y yo con nuestros jóvenes y doloridos huesos en la cárcel. A aquellos les restaba el código del honor del delincuente, a estos ni eso. Lo de Sánchez y la Batet es lo más sucio que he visto en política, que son años. Hay que comentarlo.
Que el presidente Sánchez reclame cumplir la Constitución “de pe a pa” cuando él constituye el mayor transgresor de la misma, acompañado por la presidenta del Congreso, que a su vez reclama a la oposición lealtad constitucional, provoca vómito. Un presidente que ejerce con abuso el decreto ley, abuso reprochado por el Tribunal Constitucional, que dicta dos estados de alarma, sentenciados como nulos por el Tribunal Constitucional, que ve rechazada por la misma institución la delegación de atribuciones de alarma a las autonomías porque éstas son indelegables, que prohíbe al rey, por realizarse en Cataluña, su presencia en un acto convocado por el Poder Judicial, que designa a la ministra de Justicia y destacada militante de su partido Fiscal General, que indulta a sus sediciosos aliados frente al criterio de la judicatura, que tuvo paralizada la nación con su NO es NO, que pacta con Bildu y deja en el Congreso que desde su bancada se acuse a la derecha constitucionalista de miserable, franquista y golpista, pide al pueblo desde la puerta de los leones cumplir la Constitución de Pe a Pa. Lo de la señora Batet también remueve las vísceras cuando reclama a la oposición lealtad constitucional. Falsaria celebración de la Constitución.
Subyugada la política por la estrategia del frentismo erigida por el bloque Frankenstein no hay lugar para atisbar el mínimo consenso que mantenga viva la Carta Magna, máxime cuando dicha estrategia, coherentemente, se basa en la expulsión del resto de las fuerzas del juego político mediante no sólo su acoso fáctico sino, también, mediante la mutación de la misma hasta imponer un ordenamiento adecuado al sectarismo y a las ansias de hegemonía del actual bloque dirigente. En este degenerado marco político resulta de una vileza sin par que los líderes de un bloque cuya mayoría de miembros están enfrentados a la Constitución, alguno declare importarle un comino la gobernabilidad de España, y mayoritariamente a favor, nada menos, de la secesión territorial de la nación, exijan lealtad constitucional a una oposición a la que está por encontrársele ataque alguno a la misma.
La reclamación de lealtad constitucional por tales trileros esconde el llamamiento a la pasividad de una oposición, no demasiado ni inteligentemente vigilante y agresiva, ante el proceso de arbitrariedades contemplados. Sánchez nunca abrirá una reforma pública de la Constitución -reforma que considero necesita, pero imposible en la actualidad- mediante los cauces que ella misma marca. Porque él ya ha iniciado un proceso de mutación de la misma, frustrado de momento en algunos casos por el Tribunal Constitucional -hasta que tenga mayoría en el mismo- como los estados de alarma y la delegación de competencias a las autonomías. Pero prosigue por vía más discreta, como en la ley de educación, apartando el español como lengua vehicular, o mediante la convocatoria de conferencias de coordinación de las autonomías, derivando hacia un modelo de Estado confederal (modelo PNV) la organización territorial actual. Ante la vista de todos va socavando aspectos fundamentales de nuestro ordenamiento constitucional. La ruptura, vía mutación, lleva tiempo en marcha, siendo el ataque a la ley de amnistía la confirmación de que aquí no hay espacio para toda la ciudanía que habilitó la Transición constituyente.
Prueba de ello es la escandalosa despreocupación del Ejecutivo ante la rebeldía de la Generalitat al rechazar la sentencia del Tribunal Supremo sobre la educación en los colegios catalanes. La consecuencia sangrante de todo este proceder subversivo es el acoso de una familia y su hijo de cinco años en Canet del Mar por haber conseguido la aplicación de la ley en su aula.
Tal acoso recuerda la estrella amarilla de la persecución de los judíos por los nazis. El Gobierno que animó la creación inmediata de la comisión de delitos de odio por el caso de una falsa denuncia de homofobia abandona a una familia acosada (eso si es fascismo) por reclamar sus derechos constitucionales. Primero fueron a por los judíos….
Ni PE ni PA. Felonía tras la felonía cual aquel rey gran felón que proclamara «marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional», para acabar agarrotando a los constitucionalistas detenidos por su apostólica policía.
El día de la Constitución: el día de la vomitona.