VICTORIA PREGO, EL MUNDO 09/01/14
· Este Ministerio del Interior no da una a derechas y cuando puede dar una buena noticia, como ayer, comete un error de importantísimas dimensiones que ha dejado la operación cuidadosamente diseñada por la Guardia Civil en menos de la mitad de lo que habría podido ser.
Este Ministerio del Interior no tiene, que digamos, muchas medallas que exhibir ante una opinión pública ya muy amoscada por su comportamiento en casos que han escocido mucho a la ciudadanía. La excarcelación del etarra Bolinaga, el torturador de José Antonio Ortega Lara, no ha sido olvidada por la ciudadanía, que lo consideró un insulto no sólo a su víctima sino a todos los españoles. Y ahí sigue Bolinaga recordándonos cada día lo que fue una desdichada decisión del Ministerio.
Eso se sumó después a la anulación de la doctrina Parotpor el Tribunal de Estrasburgo, anulación que las víctimas y muchos ciudadanos consideran que fue el resultado de una clamorosa falta de diligencia del Gobierno en defender con ahínco la necesidad de que los asesinos de la banda continuaran en la cárcel hasta el límite de lo que habían avalado el Supremo y el Constitucional.
Éstas son las dos grandes cuentas, los agravios que la mayoría de la sociedad española tiene con este Gobierno y con el ministerio del Interior. Pero hay otros episodios menos trascendentales que han adornado las intervenciones del propio ministro, Jorge Fernández, con auténticas meteduras de pata que han contribuido a construir una imagen de poca seriedad. Sólo recordaré dos.
Aquella ocasión en la que el ministro anunció personalmente que se iban a producir próximamente «buenas noticias» procedentes de Francia. Afortunadamente, los etarras a los que él se refería no estuvieron muy al tanto de las declaraciones del ministro y las Fuerzas de Seguridad pudieron efectuar la detenciones previstas. Pero son esas declaraciones las que pueden dar al traste con operaciones largamente planificadas. Y qué decir cuando la redada en el Polígono Cobo Calleja en la que se detuvo a Gao Ping. ¡En mitad de la operación el ministro nos informó de que nos «iba a sorprender» el nombre de algunos de los implicados!
Pero lo de ayer sí que ha perjudicado gravemente unas detenciones que habrían dado mayor alegría a la maltrecha opinión pública, golpeada por tanta excarcelación y tanta rueda de prensa de asesinos múltiples. El golpe dado a la banda es importante, sin duda, porque ésta era la única célula de ETA activa todavía en España. Pero la Guardia Civil no ha podido hacerse con más pruebas porque al Ministerio del Interior se le ocurrió anunciar la operación con una hora de adelanto y los sujetos tuvieron tiempo para hacerlas desaparecer. El ministro está obligado a dar explicaciones. Cuanto antes.
VICTORIA PREGO, EL MUNDO 09/01/14