ABC 12/12/16
· El exlendakari no ha decidido «todavía» si disputara a Díaz la Secretaría General
«Después de lo que pasó en el Comité Federal el uno de octubre, Pedro y Susana están muertos». Así de rotundo se manifestaba el entorno de Patxi López días antes de lanzar éste oficiosamente su candidatura a la Secretaría General del PSOE con un sonado artículo de prensa el 4 de noviembre. El exlendakari «todavía» no ha decidido si disputará a la presidenta andaluza la secretaria general en primarias, explican a ABC fuentes de su entorno, pero es consciente de que en una competición a tres es imposible; con Susana Díaz arropada por las federaciones más poderosas y un Pedro Sánchez cabalgando a lomos de la militancia «antisusanista», él no tendría nada que hacer. Por eso, en aquel artículo López se esforzaba en respetar los viejos códigos: no hablar en primera persona al tiempo que dejaba caer su voluntad de liderazgo; «Un nuevo proyecto para un nuevo siglo», tituló significativamente su artículo en El País.
Muchos socialistas ven con pavor la posibilidad de un choque de trenes entre Sánchez y Díaz, pero un mes después el ambiente sigue tan encrespado entre los barones, y entre estos y una parte muy significativa de la militancia, que la «tercera vía» del vasco no acaba de arrancar. En parte, porque el 26 de noviembre, tan solo 20 días después de publicar López aquel artículo en El País, Pedro Sánchez reapareció en Xirivella (Valencia) llevado en volandas por cientos de afiliados que le siguen fieles a través de las plataformas pro congreso ya y en las redes sociales. Volvió a repetir suerte este sábado en El Entrego (Asturias), desafiando al presidente de esa comunidad y de la gestora socialista, Javier Fernández, ante un millar de personas. El propio Fernández ha admitido recientemente sin ambages que Díaz tendrá rival en las urnas internas. No dio nombres… pero se le entendió todo.
La «tercera vía», debilitada
El simple hecho de el ex secretario general siga siendo opción para quienes no quieren ver en Ferraz a la presidenta andaluza debilita esa «tercera vía». Tanto al exlendakari como a los barones que estuvieron con Pedro Sánchez hasta su caída en aquel tumultuoso Comité Federal del uno de octubre les preocupa el revival que está protagonizando porque creen que su vuelta abocaría a una escisión del PSOE en dos bandos. «Vale, ganas a Susana y al día siguiente tienes que volver a verte la caras… con Susana Díaz, con Emiliano García-Page, con Lambán, con Guillermo Fernández Vara», llegó a recordarle hace unas semanas a solas el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en un intento de disuadir su carrera a las primarias socialistas, se asegura a este periódico desde el entorno del político catalán.
En esa misma tesis está quien fuera su «número dos», el líder riojano, César Luena, hoy alineado con López; y también Idoia Mendia (PSE), por razones obvias, de lealtad a López antes que a Sánchez, además de Francina Armengol (Baleares). No es el caso de Óscar López, exportavoz en el Senado, que ayer, en conversación con este diario resaltaba el éxito de público de Sánchez en Asturias el sábado. A él, al valenciano José Luis Ábalos, el andaluz Alfonso Rodríguez de Celis, y la líder balear, Armengol, se confió Sánchez durante una reunión secreta en un hotel de Madrid el jueves 3 de noviembre, justo la víspera de que López diera el aldabonazo. Les reconoció que tenía dudas sobre su vuelta, pero que, si daba el paso, exigiría «garantías» de que no le dejarían finalmente tirado para apoyar a Patxi López o a otro candidato. Todos excepto Armengol, ya entonces en fase de distanciamiento, como Iceta y Mendía, se las dieron. Y Ábalos salió de la cita con el encargo de preparar la reaparición de Xirivella.
Fue en esa localidad levantina, durante un encuentro reservado con periodistas valencianos posterior al acto con los militantes, cuando Sánchez soltó una de esas frases rotundas que sirven para una cosa y su contraria: «Patxi López estará donde yo esté y yo estaré donde esté Patxi López». A López no le gustaron nada aquellas palabras porque es consciente de que aparecer de la mano del ex secretario general es tóxico de cara a cualquier integración futura con los partidarios de Susana Díaz; y, además, entendió en ese momento que Sánchez sigue acariciando la idea de volver.
El exlendakari necesita imperiosamente que Sánchez dé un paso atrás para reunir de una vez por todas los restos del «pedrismo» orgánico más recalcitrante –básicamente los secretarios generales de Castilla y León, Luis Tudanca, y del PSM, Sara Hernández– con los barones que un día fueron sanchistas y con el poderoso «antisusanismo» militante. Es su única opción de hacer frente con garantías de éxito a la presidenta de la Junta de Andalucía; incluso hay barones y cuadros de ese sector convencidos de que, si Sánchez renuncia, Díaz renunciará a competir con López en primarias por miedo a perder, y pactará un XXXIX
Congreso del PSOE pacífico.
De ahí que el exlendakari y quienes le apoyan se hayan puesto manos a la obra para convencer a Pedro Sánchez. Según algunas fuentes, Rodolfo Ares y César Luena son los encargados de disuadirle, aunque él no acepta. En conversación con ABC, Ares niega haber estado en reunión alguna con el exsecretario general. Pero otras fuentes del sanchismo no son tan rotundas y reconocen que «conversaciones hay» y que «no hacen falta reuniones para saber qué quiere Patxi López».
«A Patxi le frenan las bases»
A esa maniobra frustrada para que Sánchez renuncie le han seguido algunas citas de los antiguos barones sanchistas con Ares y Luena. Se trata de poner en marcha la «alternativa López» a la espera de que el ex secretario general renuncie. Paradójicamente, el tiempo que la gestora se ha tomado antes de convocar el congreso en junio, que Susana Díaz pretende aprovechar para acabar con su imagen de «ejecutora» de Sánchez, le está sirviendo a éste para demostrar que no está «muerto».
Como señala a ABC uno de sus todavía apoyos orgánicos, Patxi López se está viendo frenado por «el sentimiento de las bases», en alusión a la balcanización en la que ha entrado un PSOE entre «pedristas», «antisusanistas» y «susanistas».