RAMÓN JÁUREGUI, EL CORREO 10/05/14
· Paulino Luesma falleció el jueves en Bilbao a los 64 años tras una larga enfermedad. El funeral se celebrará a las 13.00 horas de hoy en la parroquia de la Inmaculada Concepción de la capital vizcaína. Numerosos cargos del PSE y varios consejeros del Gobierno vasco han confirmado su asistencia al oficio. Paulino Luesma fue delegado del Gobierno entre 2004 y 2008.
Es bien aceptado en Euskadi el papel positivo que jugó la colaboración del PNV y de los socialistas vascos en los gobiernos de coalición de los años ochenta y noventa para encauzar en una etapa convulsa la respuesta ciudadana al terrorismo y desarrollar nuestra autonomía. Se conoce menos la contribución que esa experiencia exitosa le debe a Paulino Luesma, fallecido el jueves en Bilbao.
En aquel primer Ejecutivo de coalición PNV-PSE del que fui vicelehendakari (de 1987 a 1991), Paulino fue mi primer y gran colaborador en el Gobierno vasco. No lo conocía con anterioridad. Me hablaron de él un grupo de abogados laboralistas amigos de Bilbao, cuando estábamos preparando el equipo del que sería el primer Gobierno de coalición de la democracia española y, por supuesto, de la autonomía vasca.
No se equivocaban al recomendármelo. Era febrero de 1987 y sólo unos días antes habíamos acordado con el PNV el programa de gobierno y el reparto interno de responsabilidades. El socialismo vasco se encaminaba a protagonizar uno de los períodos de mayor protagonismo institucional en la construcción de la autonomía vasca.
En aquella experiencia de gobierno bipartito, Paulino Luesma fue una pieza fundamental para la articulación política y personal de quienes componíamos el gabinete que presidía el lehendakari Ardanza. Nadie discute ya que aquel Gobierno de coalición supuso un éxito para el país y para sus grandes causas: la paz, la modernización de Euskadi, el entendimiento entre las dos grandes corrientes sociales del País Vasco, el despliegue del autogobierno, etcétera. Pues bien, Paulino tuvo un enorme protagonismo en él.
Fue, y lo digo con total propiedad y reconocimiento, mi viceconsejero para todo. Reunía muchas condiciones: una inmensa capacidad de trabajo, era un buen jurista, tenía conocimientos de múltiples temas y materias y se había curtido en mil batallas sindicales. Era, por tanto, un gran negociador, que combinaba habilidad y lealtad como condiciones imprescindibles para serlo.
Todas esas condiciones fueron esenciales en la solución de los muchísimos conflictos que tuvimos que gestionar aquellos años, y así se ganó la confianza de sus interlocutores del PNV. Me consta el aprecio que en la familia nacionalista, empezando por el lehendakari Ardanza, alcanzó Paulino Luesma.
Porque lo cierto es que aquel Gobierno fue tan exitoso como difícil de gestionar internamente. Tenso en muchísimas ocasiones, de enorme rivalidad partidaria por razones comprensibles y sustentado sobre mutuas desconfianzas, no menos explicables. Paulino fue nuestro hombre en las innumerables e interminables negociaciones de todos y cada uno de los temas que llegaban al Consejo de Gobierno. Bien lo sabían Juan Ramón Guevara y Fernando Spagnolo, que eran los hombres de confianza del lehendakari Ardanza para ‘controlar’ desde Presidencia y Hacienda la acción de gobierno de los consejeros socialistas, que gestionaban el 80% del Presupuesto.
Al terminar el mandato de aquel gobierno de coalición y formarse el siguiente, a finales de 1991, Paulino asumió el cargo de consejero de Trabajo y lo desempeñó hasta principios de 1995, con Fernando Buesa como vicelehendakari socialista. Fue en esa etapa de consejero de un área que conocía y amaba como nadie en la que Paulino alcanzó sus máximas metas profesionales y vivió años de enorme satisfacción personal. Su labor y buen hacer personal fueron reconocidos en su momento por todos quienes se mueven en el ámbito sociolaboral de Euskadi y todavía se recuerdan hoy.
Por eso, sé muy bien lo injustos que fuimos al no darle la continuidad como consejero en 1995, cuando se gestó el siguiente gobierno de coalición, esta vez con Juan José Ibarretxe como vicelehendakari de José Antonio Ardanza, y yo al frente de una cartera de Trabajo muy reforzada. Fueron razones políticas, a veces orgánicas, a veces partidarias, las que aconsejaron una decisión que no era justa para con él. Lo cuento aquí, en merecido homenaje a su memoria.
Hasta no hace mucho he mantenido el contacto con Paulino. Yo sabía que estaba gravemente enfermo y que su enfermedad era, probablemente, irreversible. Pero en todas las ocasiones que hablé con él encontré a Paulino con ese espíritu de lucha de sus mejores momentos.
Además de un gran amigo, un socialista vasco cabal y un dedicado servidor público, Paulino Luesma era un hombre bueno, una buena persona. Este es su testamento, del que nos sentimos orgullosos quienes le conocimos y toda la familia soialista.
Paulino lagun mina izan zen. Sozialista sutsua, langile bikaina, bere bizitza zerbitzu publikoaren alde eta askatasunaren alde eman zuen.
RAMÓN JÁUREGUI, EL CORREO 10/05/14