LA RAZÓN, 27/10/11
Debería ponernos los pelos de punta que el señor Rubalcaba se plantee «hacer cosas», con ETA, después del 20-N. ¿A qué «cosas» se refiere? ¿Finiquitar la doctrina Parot? ¿Legalizar Sortu? ¿Beneficiar a los asesinos? Bueno, eso, según su discípulo Camacho, ya lo pueden poner en práctica los presos etarras si se aplica la ley. Y si se empeñan, como adelantó ayer Caamaño, hasta puede que les indulten. En este «todo incluido» penitenciario el que ya se ve en la calle es Otegi, convertido en ídolo carcelario y aspirante a lendakari. En Elgoibar ya le tienen preparado el bastón de mando.
Dice el señor Rubalcaba que hasta el 20-N todo seguirá igual. ¡Menos mal! Porque en solo una semana se ha hablado de acercar presos, derogar la Ley de Partidos y se ha puesto en primera línea la arenga independentista del PNV, encargado de hacerse con el título de nacionalista del año. No vaya a ser que Amaiur, Bildu o de la manera que se llame, consiga todas las papeletas subida a la ola del supuesto fin de la violencia. Urkullu no ha dudado en mover ficha y aprovechar el tirón del comunicado para recitar un listado anacrónico de peticiones ante un Zapatero entregado ya a recibir flores y revisar nubes. Está claro que en la era pre y post 20-N quedan muchas «cosas» por hacer. La primera, que los terroristas se quiten la capucha, pidan perdón a las víctimas y se disuelvan porque, hasta la fecha, sólo han decidido dejar de matarnos. No nos equivoquemos. Por mucho que algunos quieran adelantarse en las celebraciones, ETA sigue teniendo el revólver cargado, aunque ahora lo guarde en un cajón.
Aquí lo que nos han dado es «paz y circo» para que nos callemos y, algunos se diviertan.
LA RAZÓN, 27/10/11