EL MUNDO – 23/10/14
· Margallo defiende ante Pedro Sánchez que «el Gobierno no está cerrado» a modificarla.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, abogó anoche por acometer una reforma condicionada de la Constitución. En presencia del líder de la oposición, Pedro Sánchez, y en un debate sobre federalismo moderado por el socialista Enrique Barón, Margallo puso todo tipo de condiciones, pero se manifestó como el primer miembro del Gobierno partidario de abordar la modificación de la Carta Magna.
Aún más, aseguró en un acto en el Casino de Madrid que «el Gobierno no está en absoluto cerrado a abordar la reforma de la Constitución». «Habrá reforma constitucional cuando el presidente del Gobierno lo considere necesario», puntualizó.
No obstante, y pese a advertir que los miembros del PP son «disciplinados», él mismo apostó por salvar algunos «defectos de fondo» de la Constitución del 78.
«Hay que reformar la Corona», arrancó en relación con la igualdad de sexos en la sucesión, «las dudas de la funcionalidad del Senado, la indefinición de las competencias, la financiación… Hagámoslo, hagámoslo», le dijo a Pedro Sánchez. Pero añadió que hay que hacerlo «con prudencia, lealtad y sabiendo que es un propósito nacional que requiere el consenso de toda la nación».
«Con prudencia, con tiempo, lealtad entre partidos y reflexión», insistió, al tiempo de subrayar las «condiciones» ya establecidas por su partido. A saber: «un pacto político previo», una «delimitación exacta» de lo que se quiere reformar para «no abrir la caja de Pandora» y dejar claro que sería una «reforma de todos y entre todos; lo que entre todos decidimos, entre todos lo tenemos que modificar».
En este sentido, advirtió de que no debe pretenderse con ello «resolver la cuestión catalana». «Dentro de la ley todo es posible, pero eso no va a contentar a quienes quieren cargarse la Constitución», afirmó, a lo que Pedro Sánchez respondió: «La reforma no se hace para contentar al independentismo, se hace para solucionar la crisis territorial».
Sea como sea, el ministro admitió de manera explícita que «España sufre una crisis institucional y territorial» y acusó recibo de que «hay que aggiornar los contratos de 1978» y de que «hay un cierto consenso doctrinal sobre la reforma».
El ex eurodiputado Enrique Barón, que presentaba un libro sobre federalismo editado por RBA, preguntó al ministro si había defendido ante Mariano Rajoy estos mismos planteamientos. A lo que García-Margallo respondió que «Rajoy es el líder más dialogante» que ha conocido, «interioriza todo lo que se le dice» y que está seguro de que «cuando tome la decisión [sobre la reforma constitucional] será la más sabia».
El titular de Exteriores apuntó también que si algo ha dicho Rajoy hasta ahora es que la esperada reforma constitucional «vendrá de Europa», de la misma manera que Europa condicionó, por el pacto de estabilidad, la única reforma constitucionalidad pactada hasta ahora entre el PP y el PSOE.
A vueltas con la propuesta socialista de una reforma federal de la Carta Magna, Margallo advirtió de que «la pócima federal no arregla todos los problemas».
Quien no se movió en el debate de anoche de sus posiciones iniciales fue Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE detalló algunas de las ideas que querría incluir en la reforma de la Constitución, que no se limita sólo a la reforma territorial. Sánchez abogó por que la nueva Carta Magna blinde nuevos derechos fundamentales, como la sanidad o la educación. Y que incluya incluso los principios generales del modelo de financiación autonómica.
EL MUNDO – 23/10/14