EL MUNDO – 16/07/17
· Acusa al Gobierno de vertir ‘amenazas por tierra, mar y aire’ y pide ‘mesura’ y ‘diálogo’.
· Pedro Sánchez enarboló ayer su nuevo concepto de que España es «una nación de naciones», una definición que no es nueva, explicó, porque fue defendida por los padres de la Constitución Jordi Solé Tura y Gregorio Peces Barba, o por Carme Chacón.
Y lo hizo en Barcelona ante unas 2.000 personas. Sánchez quiere seducir en Cataluña al electorado nacionalista moderado. Y pretende también arrastrar a todos los partidos a debatir su «reforma federal» de la Constitución, que quiere empezar a estudiar en el Congreso de los Diputados en otoño, para parar el «choque de trenes» que parece prepararse para el 1 de octubre, la fecha del pretendido referéndum independentista.
El PSOE y el PSC nunca habían estado tan cerca como ahora. Tanto en sus planteamientos políticos como en la sintonía personal entre sus líderes, Pedro Sánchez y Miquel Iceta. Los militantes socialistas catalanes votaron en masa a Sánchez en las primarias (tuvo el 82% de los votos) y el ex diputado madrileño se lo agradeció ayer al elegir Barcelona para hacer su primer gran acto público tras el congreso federal. En el cónclave socialista, el PSOE aprobó que España es «un Estado plurinacional», como siempre defendió el Partit dels Socialistes de Catalunya y el PSOE jamás quiso admitir.
El motivo del acto de ayer fue la proclamación de Miquel Iceta como candidato a la Presidencia de la Generalitat, que tuvo lugar en el Palacio de Congresos de Cataluña. El Consejo Nacional del PSC designó a Iceta como candidato por casi unanimidad: un 97,5% de los votos.
Ante un público afín que escuchaba por primera vez mensajes tan catalanistas en boca de un líder del PSOE, Sánchez proclamó que «la España nación de naciones va a llegar» porque «el centralismo representa al pasado» y «deja pudrir los problemas», como acusó de hacer al Gobierno y al PP con el conflicto catalán.
«La España centralista es la España de unos pocos, de un estatus quo caduco», dijo ante el entusiasmo de sus simpatizantes catalanes. Al contrario, «la España federal garantiza un futuro en común» porque «la España plural es una España de todos».
El secretario general del PSOE combatió en su discurso casi por igual a «separatistas y separadores», dijo, al Gobierno y al PP por su «inmovilismo» o por la corrupción como al independentismo y al «nacionalismo excluyente» por defender «una vía unilateral, estrecha e ilegal». Dos extremos que «se retroalimentan como el hambre y las ganas de comer».
«Hay quienes creen que hasta el 1 de octubre, como va a haber un choque de trenes, mejor quedarnos parados, no hacer nada; no lo comparto. Después del 1 de octubre no pasará nada si antes abrimos el camino del diálogo», aseguró.
El líder socialista insistió en que «fuera de la ley no hay nada», por lo que el PSOE apoyará y respaldará al Gobierno para que la Constitución y las leyes se cumplan. Pero también advirtió que «sólo con la ley no basta; falta la política». Sánchez espetó al Gobierno que la crisis en Cataluña «no se resuelve con amenazas por tierra, mar y aire, como hemos escuchado a miembros del Gobierno». Al contrario, propuso «diálogo, acuerdo y, sobre todo, mesura».
Consciente de que participaba en el acto de proclamación del candidato, hizo un discurso electoral. Los socialistas catalanes aspiran a mejorar su tercera plaza en el Parlament, donde tienen 16 diputados (tras Junts pel Sí y Ciudadanos). Fuentes del partido que dirige Iceta aseguran que, tras la victoria de Sánchez, podrán avanzar hasta conseguir más de 20 diputados y volver a ser segundos en unas hipotéticas elecciones anticipadas, probablemente tras una ERC crecida por el llamado procés.
Sánchez reivindicó ayer la Declaración de Barcelona aprobada el sábado por las ejecutivas del PSOE y del PSC. Y aseveró que defenderá su propuesta de reforma constitucional «con uñas y dientes». Presentó al PSC como el mejor representante «del catalanismo progresista» y aseguró que nadie mejor que este partido y que Iceta podrán «afrontar esa tarea histórica de reconstrucción nacional de Cataluña».
Iceta hizo valer su «tercera vía» que para él es «la primera» entre «el inmovilismo y el independentismo». Y pidió a Sánchez que «impulse una España distinta que respete a Cataluña en su identidad» y «un Estado que defienda los intereses de los catalanes».
En su intención de ensanchar su espectro electoral, Iceta hizo un llamamiento a «los moderados que sobran» en el PDeCAT tras la purga del presidente de la Generalitat, y a los votantes de Ciudadanos o de Catalunya en Comú «que no quieran ser comparsa del proceso» para que «vuelvan al catalanismo de toda la vida» del PSC.
Como en la campaña electoral catalana, Iceta concluyó bailando, esta vez All together now (Todos juntos ahora), junto a Sánchez y buena parte de las ejecutivas del PSC y del PSOE.
EL MUNDO – 16/07/17