Los dirigentes del PSOE cuentan las horas hasta la votación del domingo en la que los 187.949 militantes del PSOE y del PSC elegirán con su voto secreto y en urna al próximo secretario general del PSOE y líder de la oposición. En Ferraz, en las tres candidaturas y en las federaciones piensan ya más en el día después en función de quién sea el ganador. Si la que triunfa es Susana Díaz, el terremoto interno será mucho menor. La presidenta de la Junta de Andalucía tiene el apoyo de la mayoría de los presidentes autonómicos y de los dirigentes regionales y provinciales.
La posible victoria de Pedro Sánchez, sin embargo, está poniendo muy nerviosos a los barones que forzaron su dimisión en octubre del año pasado. La mayoría no entiende cómo es posible que casi ocho meses después, Sánchez no sólo siga vivo, sino que tenga opciones de volver a subir a lo más alto de Ferraz. Además, tras el 39º Congreso Federal y en cascada vienen después los congresos regionales y provinciales (a excepción del PSC) y algunos temen por la estabilidad de sus mandatos si resultan derrotados el domingo. Y, sobre todo, si gana Sánchez y decide plantarles cara desde Ferraz, lo que podría poner a varios de ellos en dificultades para seguir siendo secretarios generales.
Ayer, Pedro Sánchez lanzó públicamente el mensaje que ya había hecho llegar a sus más próximos para tranquilizar a los barones. En una entrevista en la Cadena Ser descartó tajantemente impulsar desde la dirección del PSOE «movimientos desestabilizadores» contra Susana Díaz (Andalucía), Javier Fernández (Asturias), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) o Javier Lambán (Aragón).
Todos ellos, además, son presidentes autonómicos. Fuentes de la candidatura de Sánchez desmienten que sea su intención tratar de reemplazarlos en los congresos que se celebrarán en julio y en septiembre.
Sánchez, en su entrevista, volvió ayer a pedir lealtad a todos, al igual que él asegura que será leal si es Susana Díaz la que vence las primarias. Además, explicó en su entrevista que lo que él pretende hacer es lo mismo que lo que hacen los barones en sus gobiernos autonómicos: articular mayorías alternativas al PP pactando con Podemos, con Ciudadanos o con agrupaciones locales.
«Susana Díaz me decía que no sabe cuál era mi posición respecto a Podemos, y tengo la misma posición que ella, el PSOE no puede renunciar a ser alternativa al PP y si hay que pactar con Podemos o Ciudadanos, por qué no se va a poder hacer», explicó.
El candidato a la Secretaría General considera que el modelo de partido presentado por Susana Díaz cuatro días antes de las primarias supone «una involución en el discurso y en la participación democrática de los militantes». E incluso expresó cierto temor –al igual que varios miembros de su candidatura– ante la posibilidad de que la presidenta de la Junta de Andalucía tenga pensado acabar con las primarias.
Desde Valencia, Susana Díaz respondió ayer que las primarias llegaron al PSOE hace dos años «para quedarse» y las que se celebrarán el domingo serán el inicio de la remontada, informa Europa Press.
En declaraciones a los periodistas antes de mantener una reunión en Valencia con UGT, Díaz dijo que si uno lee su programa, «lee con claridad lo mismo que en los programas de mis compañeros, que estamos convencidos de que estas primarias son una oportunidad. «No hay mayor compromiso que presentarse a un proceso de primarias sabiendo que el PSOE va a salir fuerte, unido, para eso pondré generosidad y humildad», concluyó.