SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 02/09/16
· Según caían las descalificaciones de los colegas y los portavoces sobre el discurso del candidato: plano, burocrático, autocomplaciente, ¡continuista! y aburrido, uno repasaba las investiduras que se han celebrado en España desde 1977, y las del Parlamento de Vitoria desde 1984. Todo discurso de investidura es, por su propia esencia, un coñazo, una chapa en la que el candidato cuenta su programa. La esperanza de divertirse con uno de esos textos es como excitarse sexualmente recitando la tabla de multiplicar. Comparen con cualquier otro discurso, salvo quizá el de Suárez en el 79, por las brillantes metáforas de Ónega.
La segunda jornada mostró las dotes parlamentarias de Don Mariano y lo verde que está la liga de los sin bata. Impresionante el esfuerzo de Domènech para apuntar a Azaña al derecho a decidir, el de Esteban afirmando que Euskadi, un concepto definido a finales del siglo XIX por Sabino Arana, era una nación más antigua que España, definida por Covarrubias en 1611. También el asquito (©Gistau) con que Rivera mostró su apoyo al candidato. Él es de centro, pero ha asumido gozosamente la superioridad moral de la izquierda.
Me impresionó la lista indicativa de los delitos cometidos por el partido del candidato citada por el pequeño rencor del veraneante: «Cohecho, fraude, estafa, blanqueo… ¡Pero si es todo el Código Penal, señor Rajoy!». Todo el Código Penal, no, Pedro. Así a ojo, no parece que haya ningún dirigente del PP, no ya condenado, sino ni siquiera investigado por: asesinato (artículos 139-142 del C.P.), secuestro (arts. 163-168) y torturas (173-177). Tampoco tengo noticia de que ningún presidente regional del PP haya sido condenado por violencia de género, como el presidente de los socialistas vascos.
Bueno, pues los socialistas con mando en plaza consideran que el joven Sánchez-Pérez salió reforzado del debate, erigido en líder de la izquierda. La obsesión por Podemos y la batalla por la hegemonía de la izquierda revela que su interés es partidista. Consideran también que la radicalización de su secretario general es una clave más de su victoria sobre Podemos.
Hay otra victoria que no enuncian tan clara: la que la Ejecutiva ha obtenido sobre el partido y el Comité Federal. Él ha quemado las naves y no hay retorno posible a posiciones civilizadas. A ver si el C.F. tiene arrestos para decir algo más que amén, incluso en el caso de que se convoque uno en las próximas semanas. Habrá terceras elecciones, porque Sánchez piensa aumentar su ventaja sobre Iglesias, no porque albergue la mínima esperanza de ganar a Rajoy.
Estas impresiones las comparte Sánchez con sus sabios: Luena, Hernando, los dos López (Óscar y Patxi), Meritxell, oh mi Meritxell, y, cosa sorprendente, Margarita Robles, que a buen seguro sí tiene datos sobre los delitos citados ut supra. Decían los griegos que los dioses ciegan a los que quieren perder. Creen que les irá bien en terceras, pero es más probable que se hundan con todo el equipo. El primer acto ha sido la investidura. El segundo y último, en diciembre.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 02/09/16