EL MUNDO 23/09/16 – SANTIAGO GONZÁLEZ
· En aquel libro que escribieron Truffaut y Hitchcock, el maestro explicaba uno de sus afortunados trucos: el Macguffin, un pourparler, una manera de entretener a los espectadores con algo que no tiene el menor interés para el desarrollo de la historia.
«El Macguffin es un ingenio para cazar leones en las Adirondacks» (macizo montañoso en el estado de Nueva York), le explica el presunto propietario a un curioso en la explicación de Hitchcock a Truffaut. «En las Adirondacks no hay leones», responde el interlocutor. «Pues entonces no es un Macguffin».
El relato con el que Pedro Sánchez lleva entreteniendo al personal con una propuesta para conseguir un pacto tripartito entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos tiene algo de Macguffin. No es viable. «¿Se creen que somos idiotas?», respondía Pablo Iglesias a la oferta hace una semana en Barakaldo. Rivera tampoco lo ve, ni lo ha visto nunca, y lo ha dejado claro cada vez que ha tenido ocasión.
Ese tripartito es un Macguffin, una trampa de Sánchez para tener entretenidos a sus Lambanes, Varas, Pages y Susanas mientras llega el 1 de octubre, fecha en la que se va a reunir el Comité Federal. Es llamativo que los socialistas escogieran el 20-N para las elecciones que fueron la debacle de Rubalcaba y Zapatero (éste en rebeldía) y que Sánchez haya citado a los suyos en lo que era el día del Caudillo, aunque igual él no lo sabe.
Lo que él tampoco sabe, aunque sí se teme, es que el domingo va a ser un mal día. Por eso el PSOE va a ser el único partido cuya Ejecutiva no se va a reunir el lunes para analizar los resultados. Lo que se va a reunir es la Permanente, el cogollito de los más adictos: los Luena, Hernando, los López (Óscar y Patxi) y otra gente afín. Pedro les va a explicar (o no) que se está trabajando un Gobierno alternativo a Rajoy. El problema es que cinco días son pocos para llegar al Comité Federal con un pacto cerrado, teniendo en cuenta lo atrasada que lleva la tarea.
Sánchez se postula para presidente, otro Macguffin, con dos puntos: un Gobierno de cambio y echar a Mariano Rajoy. Es poca cosa, política e intelectualmente hablando, pero ya lo irán rellenando con las aportaciones que les hagan los podemitas vía Twitter, si es que errejonistas y pablistas no llegan a la guerra civil.
Para hacerse una idea de las tontas ensoñaciones de Sánchez debemos considerar que el PP y Ciudadanos suman 169 escaños, los mismos que el PSOE, Podemos, sus Mareas, sus extensiones y sus mechas, los 5 del PNV y los 8 de la extinta Convergència. Sleepy Hollow tiene suficientes escaños para bloquear a Rajoy, pero para investirse él necesitaría el disputado voto de CC y la abstención de ERC y EH Bildu. Si Ana Oramas volviera a repetir con PP y C’s, Sánchez tendría que conseguir los dos votos batasunos, o los de Tardà y Rufián. Necesitaría a todos los separatistas y todos los antisistema. Lástima que en el Congreso no haya leones. Ni lo suyo sea un Macguffin.
EL MUNDO 23/09/16 – SANTIAGO GONZÁLEZ