HERMANN TERTSCH – ABC – 01/04/17
· Los políticos melindrosos y tibios hacen más daño a Venezuela que el hampón comunista del chavismo.
La admirable periodista venezolana Eleonora Bruzual dice que mucho más daño que el más salvaje hampón comunista del chavismo han hecho en Venezuela los políticos tibios y melindrosos de la oposición. Esos que sin compartir el delirio del régimen y sabiéndolo totalitario llevan lustros con excusas para no hacerle frente.
Comodidad, complicidad o cobardía, son muchos los motivos para callar ante un régimen que castiga con dureza la desafección y que solo permite vivir mínimamente por encima de la miseria a quienes expresan su obediencia. Pero la quiebra del sistema genera ya tal ira y desesperación popular que a Nicolás Maduro y su banda de malhechores les resultaba imposible mantener el más superficial artificio democrático. No podía cumplir la demanda de unas elecciones imposibles de falsificar tanto como para que el resultado fuera otro que un masivo rechazo al régimen.
Ahora Maduro ha roto su última amarra con las pretensiones democráticas. Para dar credibilidad a su poder total tendrá que aplastar las manifestaciones que ya comenzaron ayer. Como sea. Le será muy difícil dividir ahora al frente opositor, por mucho que intriguen cómplices del régimen como J.L. Rodríguez Zapatero o Ernesto Samper.
Es un momento crítico en el que el régimen estará tentado a sembrar terror suficiente para ganar tiempo y reagruparse. Se verá si el Ejército le sigue en esta huida hacia adelante. Y si le sigue el aparato. Porque la denuncia del golpe por la fiscal general chavista, Luisa Ortega, es prueba de fisuras. Es grande e inminente el peligro de que corra mucha sangre. Por eso, Maduro debe saber que la represión violenta le llevará inexorablemente al Tribunal Penal de La Haya.
Y que no habrá otra Cuba en el Caribe. Urge que los gobernantes democráticos acaben de una vez con su propio papel de tibios y melindrosos que los convierte en cómplices de la tragedia venezolana. Urge la enmienda. España debería jugar un papel principal en ella para paliar algo una profunda vergüenza por la detestable conducta de Zapatero y del gobierno Rajoy al apoyarlo.