IGNACIO MARCO GARDOQUI, EL CORREO – 23/05/14
· Aunque son muchos los factores que influyen, el problema básico de las pensiones en este país deriva de que tenemos poca población activa y demasiada población parada. Es decir, son escasos los que desean trabajar y, a pesar de ello, son excesivos los que no encuentran trabajo. Como resultado, tenemos más o menos 16 millones de cotizantes a la Seguridad Social que deben sostener sobre sus espaldas a más de ocho millones de pensionistas y a unos cinco de parados, de los cuales la mitad cobran algún tipo de prestación. Si esta estructura no es insostenible, se le parece demasiado.
En el País Vasco, y como suele ser habitual, tenemos varias peculiaridades, unas favorables y otras en cambio desfavorables. Entre las primeras encontramos a dos muy importantes: la cotización media es más alta que la media y el nivel de paro es bastante menor. Entre las segundas, las hay también de peso: la pensión es, como consecuencia de lo anterior, más elevada y la esperanza de vida mejor, lo que implica más tiempo cobrando pensiones mayores. Al final, todas estas consideraciones se traducen en cifras que nos hablan descarnadamente de la sostenibilidad del sistema, de su propia esperanza de vida. Y, ¿qué nos dicen? Pues que el desequilibrio entre ingresos y gastos aumenta a un ritmo que asusta hasta alcanzar los 2.000 millones de euros en el ejercicio pasado. Un montón de dinero.
¿Quiere decir eso que las pensiones de los vascos están en peligro? No, un poquito de por favor… En primer lugar no lo están porque formamos parte de un sistema global de caja única en el que nuestras aportaciones y nuestras percepciones se funden en un colectivo mayor, como es el del Estado, y ya sabemos que en cualquier sistema de seguros, el riesgo se diluye con la cantidad. ¿Lo estarían en caso de una eventual ruptura de esa caja única? Yo siempre he pensado que esta pregunta es muy interesante, y los nacionalistas que buscan la independencia y a los que el sistema constitucional no les permite convocar un referéndum podrían impulsar una consulta con esta simple pregunta: ‘¿En qué sistema desea usted cobrar su pensión?’ Daría mucha información con poco coste político y menos económico.
Pero, hablando en serio, no cabe duda de que el País Vasco sería capaz de drenar fondos desde otros conceptos presupuestarios para paliar el déficit de las pensiones. Pero sería en todo caso un grave inconveniente que obligaría a subir los impuestos, las cotizaciones sociales o ambas y/o a reducir otros conceptos de gasto. La promesa que hizo un consejero de Trabajo hace años de que una mejor gestión (ya saben que es una verdad evangélica eso de que aquí todo lo hacemos bien y siempre mejor que en otros lugares) sería capaz de enjugar un déficit de 2.000 millones no se la cree absolutamente nadie.
Mientras llegan esos tiempos gloriosos, no nos queda otra que insistir en el proceso de ampliar la población activa y mejorar el cumplimiento de la obligación social de reducir el paro, todo ello en un ambiente económico que será sin duda mejor y dentro de un sistema mayor que nos proporciona una estabilidad financiera que necesitamos y una sostenibilidad que nos conviene.
IGNACIO MARCO GARDOQUI, EL CORREO – 23/05/14