EL CONFIDENCIAL 07/03/17
A principios de 1996, durante el secuestro del empresario José María Aldaya, el más largo cometido por ETA hasta ese momento (entonces la banda terrorista también mantenía en un zulo al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que elevaría los días encerrado hasta 532), ETB pidió a los espectadores del informativo mensual ‘Hay que ver’ que respondieran a la pregunta “¿merece Aldaya estar secuestrado?” a la hora de abordar la violencia en Euskadi. Las numerosas reacciones de denuncia ante «la aberración» de este planteamiento (daba a entender que el secuestrado era culpable de algún delito que motivara su cautiverio) obligaron al ente público vasco a retirar la pregunta, aunque sus responsables insistieron en defender la idoneidad de la interpelación.
La pregunta sobre Aldaya es uno de los significativos ejemplos que evidencian el sesgado y polémico tratamiento informativo brindado por EiTB en sus diferentes canales televisivos y radiofónicos al terrorismo de ETA y a sus víctimas desde su fundación en 1982. La trayectoria del ente público está empañada por las denuncias hacia una línea editorial que ha minimizado la violencia de la banda terrorista y ha maximizado la policial, dejando en el olvido a muchas de las víctimas de ETA. Incluso hay quien califica todavía a día de hoy al ente público como “la proyección del Pacto de Lizarra” que firmaron el PNV y EH Bildu en 1998 para avanzar hacia la independencia de Euskadi.
Con sus decisiones políticas, EiTB se ha acostumbrado a estar en el permanente foco de la polémica. El fin de la actividad armada decretado por ETA en 2011 no ha terminado con las controvertidas decisiones de la radiotelevisión pública vasca liderada por Maite Iturbe, que acumula varias peticiones de cese por su gestión en los cinco años que lleva al frente del ente. Muy cuestionada fue, por ejemplo, la emisión el domingo 25 de octubre de 2015 en horario de máxima audiencia del documental ‘Ventanas al interior’, que profundizaba en la “perspectiva humana” de cinco presos de ETA, entre ellos el exdirigente Mikel Albizu ‘Antza’, y por el cual pagó 3.000 euros. En el filme no había rastro de los asesinatos cometidos por quienes eran presentados como “personas normales”. Asociaciones de víctimas exigieron la salida de EiTB de Iturbe, que llegó a pedir disculpas a Covite por la emisión, según dio a conocer el colectivo de víctimas del País Vasco.
Vetadas películas contra ETA
‘Ventanas al interior’ es una de las numerosas películas de la órbita ‘abertzale’ que se han proyectado en la pantalla de ETB, que, por el contrario, ha vetado las películas de deslegitimación de ETA del director bilbaíno Iñaki Arteta, algunas de ellas premiadas en certámenes internacionales. El ente público se ha negado a emitir documentales como ‘1980’, sobre el año de mayor actividad de la banda terrorista, con casi un centenar de asesinatos, o ‘El infierno vasco’ por carecer de “calidad y rigor” y, en cambio, sí ha dado cobertura a películas con las tesis ‘abertzales’ del denominado «conflicto político vasco» o sobre las hazañas nacionalistas.
Pero la polémica gestión de Iturbe no se limita a las emisiones y afecta al fondo, a la línea estratégica de todo el grupo. Quien dirige la nave de EiTB, y que fue puesta en el cargo gracias al aval dado por el PSE a la propuesta del PNV la pasada legislatura, se negó a mencionar de forma expresa a ETA en su primer Plan Estratégico, correspondiente al periodo 2012-2016, con el argumento de que la banda terrorista “divide” a la sociedad y “hablar del pasado nos haría daño”. Las heridas abiertas por esta decisión llevaron al PNV a tener que llegar a un pacto con PSE y PP para obligar a la dirección del ente a incorporar esta alusión específica a la violencia de ETA en el documento que fijaba los criterios a seguir en los próximos años. Pero, en la práctica, apenas ha habido cambios. Así, ETB no dudó en dar en 2015 una silla al exhistórico dirigente de ETA Mikel Zumendi en un programa de debates en su primer canal (en euskera), lo que provocó “humillación” en las víctimas del terrorismo. El programa fue retirado de la parrilla tras dos participaciones de este expreso como tertuliano. Para entonces ya le había dado tiempo a ensalzar la figura de Santi Potros, uno de los autores del atentado de Hipercor.
Iturbe tiene ante sí ahora otra petición de cese, esta vez por la emisión el pasado 8 de febrero en ETB-1 de ‘Euskalduna naiz, eta zu?’ (‘Soy vasco, ¿y tú?’), el cual, bajo el vestido de programa humorístico, descalifica a los españoles, a quienes tilda de “paletos”, “catetos”, “chonis”, “atrasados” o “fachas”. La polémica ha saltado después de que en las redes sociales se hiciera viral este sábado un vídeo resumen de 10 minutos del programa, de una hora de duración, que recoge la opinión sobre los españoles de artistas, políticos o deportistas vascos. El ente público lo ha retirado de los contenidos de su web por la fuerte controversia generada, aunque, una vez más, ha defendido su forma de actuar.
El Gobierno vasco, quien en última instancia controla al ente público, se ha sumado a las numerosas críticas vertidas contra un programa que PP, UPN y Ciudadanos ya han puesto en manos de la Fiscalía por un posible delito de “incitación al odio”, y cuyo contenido será analizado por la Comisión Europea para determinar si promueve la xenofobia. Pero Iturbe salvará este nuevo ‘match ball’, al contar con el aval del PNV, que, a efectos prácticos, ha limitado su respuesta a que el ente público adopte medidas para evitar que se repitan estos contenidos. La directora general de EiTB ya tuvo el respaldo de Sabin Etxea cuando la pasada legislatura el Parlamento vasco exigió su “cese inmediato” con los votos del resto de grupos de la Cámara por su “mala gestión” y por el ERE impulsado en la radiotelevisión pública vasca sin haber buscado el “diálogo social”.
Cantera de cargos de PNV
La huella PNV-EiTB es muy larga. El ente público ha sido cantera de cargos políticos e institucionales de la formación ‘jeltzale’. Estuvo dirigido por los que posteriormente fueron alcaldes del PNV de Bilbao José María Gorordo o Josu Ortuondo, o por el actual presidente nacionalista, Andoni Ortuzar, que llevó las riendas de la casa desde 1999 a 2008. También el hoy consejero vasco de Cultura, Bingen Zupiria, estuvo al frente de EiTB. Ahora, deberá dar explicaciones en el Parlamento autonómico por el polémico programa que descalifica a los españoles.
España, para la izquierda ‘abertzale’, está en el centro de los males de EiTB. La periodista Jasone Agirre, una de las fundadoras del consejo de redacción del ente público y actual parlamentaria vasca de EH Bildu, ha denunciado que el “marco referencial” de la información y la programación se sitúa en España. Este planteamiento es asumido por el sindicato LAB, vinculado a la antigua Batasuna, que ha ido ganando peso en los últimos años en la plantilla, compuesta por cerca de un millar de trabajadores, hasta imponerse en las pasadas elecciones sindicales por primera vez. Siempre que puede, EiTB huye en sus diferentes canales del término ‘España’, que es suplido por el de ‘el Estado’. El veto semántico se suma al veto a la Corona con la no emisión del discurso navideño del Rey, salvo en el periodo del lendakari Patxi López. Se ha amparado incluso bajo el argumento de la “libertad de expresión” que un tertuliano rompiera en diciembre una imagen de Felipe VI en uno de los programas más vistos de la televisión vasca.
Audiencia paupérrima
Aunque hay espectadores al otro lado de la televisión, la línea estratégica repercute de forma directa en las audiencias, que han caído en picado en apenas cuatro años. En la actualidad, EiTB se sitúa en mínimos históricos, con ETB-2 convertida en la quinta preferencia de los vascos. Su canal en castellano apenas logra el 7,3% de audiencia y ETB-1 no llega al 2% de ‘share’. Y mientras, el ente público sigue gastando una ingente cantidad de dinero público. Para este ejercicio, cuenta con un presupuesto de 134,2 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,3% en relación al pasado año. En este escenario, salvo para el PNV, existe el diagnóstico compartido de que el ente público vasco va a la deriva y que es necesaria una revisión profunda del modelo. El Parlamento autonómico ha constituido una ponencia para abordar esta cuestión, prioritaria para la oposición, si bien los trabajos de este organismo van para largo. El nacionalismo dominante no quiere meter mano en un ente público que hace gala de su sentimiento soberanista en todas las áreas, incluida la deportiva, y que plasma su sesgo territorial hasta en el mapa del tiempo, que abarca a la soñada Euskal Herria.