«Tened cuidado con los medios de comunicación porque es síntoma de salud democrática. Y eso hay que respetarlo», le dice cara a cara una votante a Pablo Iglesias. «Creo que hay momentos en los que hay que decir: ‘Oye, es indecente lo que se está haciendo’», contesta el líder de Podemos. Sólo unas horas después de este diálogo, que se produjo el domingo por la noche en el programa televisivo Salvados, ayer por la mañana la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) emitió un contundente comunicado en el que acusa a Podemos de «amedrentar y amenazar» a los periodistas «cuando está en desacuerdo con sus informaciones».
Una representación importante de los periodistas que cubren la información de Podemos trasladó a la APM su complicado día a día, ya que «se sienten acosados y presionados por el equipo directivo de Podemos, encabezado por Pablo Iglesias, así como por personas próximas a ese círculo», según relató ayer esta asociación, que dijo tener pruebas documentales de estos incidentes.
Esta situación se produce tanto de manera pública como privada, según los testimonios de los periodistas. «El acoso de miembros de Podemos se materializa de manera reiterada y desde hace más de un año en ataques a periodistas en sus propias tribunas, en reproches y alusiones personales en entrevistas, foros y actos públicos, o directamente en Twitter. Estas presiones también se realizan de forma personal y privada con mensajes y llamadas intimidantes».
En Salvados, Iglesias reconoce que en alguna ocasión sí ha podido mostrar su enfado o malestar con periodistas que le «pinchan más de la cuenta». Acto seguido, argumenta: «En este país se han atravesado límites y líneas rojas y muy poquitos se han atrevido a decirlo». El líder de Podemos llega a confesar: «He mantenido la calma con algunos que es difícil mantenerla».
En su comunicado, la APM considera «totalmente incompatible con el sistema democrático que un partido trate de orientar y controlar el trabajo de los periodistas y limitar su independencia. La estrategia de acoso de Podemos vulnera de una manera muy grave los derechos constitucionales a la libertad de expresión y a la libertad de información».
El escrito de la asociación fue objeto de comentario ayer por todas las formaciones políticas. También en Podemos. Irene Montero, portavoz parlamentaria, conoció la denuncia en directo en la cadena Ser. Expresó su extrañeza y se quejó de que la APM no contactase con ellos para recabar su visión. «Me parece un poco extraño porque no se han dirigido a nosotros», dijo. «No me reconozco con esta descripción. Hemos sido un ejemplo porque cuando hemos hecho algo que no estaba bien hemos pedido perdón y lo hemos aclarado», añadió. El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, se mostró sorprendido por la denuncia de la APM cuando España es «el país de la ley mordaza», argumentó.
Más vehemente se mostró Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, que calificó de «desafortunada» la actuación de la APM, a la que acusó de usar «expresiones de cuando ETA amenazaba a periodistas».
En el resto de partidos también fue objeto de comentario la acusación de la APM, que pidió a los periodistas «que resistan las presiones, vengan de donde vengan, en el convencimiento de que esta asociación les amparará siempre en la defensa de su derecho a la libertad de expresión». El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, calificó lo descrito por la asociación como «gravísimo» y consideró que «necesita contestación» y «explicaciones» por parte de los responsables de Podemos «porque afecta a los pilares básicos de nuestra democracia».
Desde Ciudadanos, Inés Arrimadas, portavoz de la formación, no se mostró sorprendida por las «presiones» de Podemos, quienes tienen entre sus propósitos «reforzar el control político» sobre «televisiones, jueces y bancos», según aseguró. Además, quiso subrayar que «no hay democracia sin una prensa libre».
Mario Jiménez, portavoz de la Gestora del PSOE, se mostró «muy sorprendido y preocupado». «Uno piensa: si esto ocurre cuando Podemos no tiene capacidad de gobierno, qué haría con la prensa si llegase alguna vez al Gobierno».