EL MUNDO 05/05/14
· Insta al PNV a alejarse «de Madrid y de la Constitución», como el líder catalán
En el País Vasco, el mayor pulso político se libra todavía en el terreno nacionalista. Por eso, el curtido dirigente de la antigua Batasuna Joseba Permach hizo ayer un balance de los primeros 500 días de Iñigo Urkullu lamentando que el lehendakari priorice el combate a la crisis, pacte con PSE-EE y PP y evite hablar claro sobre el derecho a decidir. Su consejo: que se fije en el presidente de la Generalitat. Porque la «solución» pasa, «como pretende Artur Mas», por «dar la palabra a los ciudadanos» y que ellos adopten sus «propias decisiones en materia económica, social, financiera y fiscal», cuestiones que no deberían depender de «Bruselas» ni de «Madrid».
Permach reclamó a Urkullu que, «además de mantener reuniones secretas» con Mas, como la del jueves, se fije en lo que el president «está haciendo en Cataluña para dar voz a su ciudadanía y quitar su foco de Madrid y de la Constitución».
No es la primera vez que la izquierda abertzale confiesa su envidia respecto a la movilización catalana a favor de la independencia construida sobre la entente entre CiU y ERC, para mayor beneficio del segundo. De hecho, el entorno de Sortu está alentando una copia de la Asamblea Nacional Catalana llamada Gure Esku Dago (Está en nuestra mano), con cadena humana incluida para junio. La plataforma goza del apoyo explícito, casi el abrigo, no sólo del ex lehendakariJuan José Ibarretxe, ahora reciclado en investigador sobre el casovasco en la Universidad pública, sino también de un verso suelto del PSE-EE guipuzcoano, Gemma Zabaleta, para malestar de la Ejecutiva que lidera Patxi López.
A las acusaciones de ambigüedad identitaria, el PNV suele responder recordando a la izquierda abertzale su lazo con las pistolas. La líder vizcaína del PNV, Itxaso Atutxa, reclamó ayer a este entorno «más contundencia» con sus juventudes (Ernai) tras los ataques a comercios y bancos que han perpetrado estos días y después difundido por internet. «Son una salvajada», opinó, aunque nada más que «brotes aislados» que no implican una vuelta atrás.