Del Blog de Santiago González
Excelentísima ninistra de Qué más da: Ayer capté esta foto en la verdulería de al lado de casa. El lenguaje heteropatriarcal y machista tenía que llegar a esto: a la pérdida de la conciencia de género por parte de las sandías.
Como usted sabe mejor que yo, y si no ya se lo explicará su macho alfalfa, que ese sí que es feminista, una sandía no es solo un cuerpo, no solo un físico; también está la parte intelectual y de eso no se dice ni mú en ese zafio reclamo tatuado sobre su piel.
El facherío se está cebando en las redes con usted, admirable Irene, en mi opinión sin razón alguna. Yo no creo en absoluto que sea usted tonta, tal como se dice insistentemente en Twitter. Sí me parece que es una mujer enamorada de su galán y no hay más que echarle un vistazo a una foto suya para comprender de inmediato las razones.
Creo que su Ministerio debería tomarse como asunto propio lo de las sandías de la casa Bruñó, y enviar un severo apercibimiento sobre su transgresión, no sé si acompañado de multa, que doctoras tiene la santa causa de la Igual da para dictaminarlo y fallar en consecuencia lo que sea más pertinente, pero hay que atajar esto cuanto antes. Si aceptamos esa rebaja en la dignidad de género de la sandia, ¿con qué autoridad vamos a meter mano (metafóricamente hablando, ojo) a los piropeadores, para que Cristina Almeida pueda pasear tranquila por la calle?