- ¿Unidad independentista? El diario ‘Ara’, pro Esquerra, acusa al Parlament de tapar situaciones de privilegio
El Ara nació, como todo en el mundo lazi, de la mano de personas pro convergentes. Entre sus fundadores está la omnipresente familia Carulla, ya saben, Avecrem, chup, chup, el Grupo Cultura 0.3, Oriol Soler, Fernando Rodés, Víctor Font o gente como Antoni Bassas – cuando presentaba un concurso en TV3 en el que imitaban a Pujol halagadoramente, se cuadraba y decía Ferms! El President!, no digo más -, Mónica Terribas, hija de un prohombre convergente y que avisaba desde su micrófono de Cataluña Radio a los golpistas donde estaban las patrullas de la Guardia Civil el 1-O, Toni Soler, el millonario pagado por todos por decir puta Espanya a diario en su programa de TV3 y sigan ustedes contando
Este lunes mismo, por aquello de las sinergias, una de las firmas de este pasquín era Pablo Iglesias. Pero la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero y el Ara, con razón, anda a la greña con Laura Borrás. La acusan de obstaculizar una investigación acerca de ciertas situaciones de privilegio de las que se benefician trabajadores públicos de la cámara. A ver, que esto lo diga un medio que en 2020, por decir algo, se llevó de las arcas públicas un monto total de 103.593,06 leuros tiene pelendengues, siendo el segundo medio más subvencionado por la generalidad, después del Grupo Godó. Pero bueno. Hágase el milagro y hágalo el diablo.
Resulta que hay personas que ya no trabajan en la cámara pero cobran un pastizal. Dos letrados del Parlament se llevan 11.000 euros al mes, dos jefes de departamento 9.000, un jefe de oficina 6.000, un asesor lingüístico – lo que ha dado de sí Pompeu Fabra – 5.700, dos ex jefes de área 5.000, un ujier mayordomo cuatro mil setecientos, un editor 4.500 y dos telefonistas y cinco ujieres auxiliares saldrían a 3.800 por cabeza. Son los que se acogieron a una cosa llamada licencia por edad. Sumando, sale que esa cámara que solo sirve para dar gasolina a los golpistas gasta anualmente 1,7 millones a repartir entre veintiuna, ¡veintiuna!, personas.
Resulta que hay personas que ya no trabajan en la cámara pero cobran un pastizal. Son los que se acogieron a una cosa llamada licencia por edad
Lógicamente, es lícito preguntarse si ese dineral no estaría mejor empleado en sanidad, si no constituye un agravio comparativo que en un país donde hay gente que cobra 400 euros mensuales de pensión existan esas pornográficas cantidades, o si, al final, esto del proceso no era más que racismo supremacista aparejado con un inmenso negocio.
Esto jamás fue de independencia, sino de ver cuanto más se podían llevar los burócratas del patriotismo, los oficinistas de la estelada, los amanuenses de una Cataluña enfebrecida, loca, feroz e inexistente. Si les cerraran el grifo, estoy seguro que el número de fanáticos disminuiría al punto. Ya se buscarían otra manera de dar por el saco, porque llevan la maldad en las venas y después de tantos años intoxicándose con ella no los veo capaces de dejarla. Pero al menos no lo pagaríamos entre todos, lo que ya supondría un avance.
Lo resaltable es que ahora se ha levantado la veda y el perro sí que come perro. El separatista de Esquerra se ve con derecho a morder al de Junts, y viceversa. No es casual que Elsa Artadi haya salido en tromba a defender a Laura Borrás, criticando a los anteriores presidentes en clara alusión al republicano Benach, bajo cuya presidencia se aprobó la famosa licencia de edad. Ñam, ñam.