Antonio Casado-El Confidencial
Se perciben algunas indecisiones sobre el momento de la política nacional elegido para tomar el atajo hacia La Moncloa: 85 diputados no parece un capital suficiente para afrontar la tarea
El césar posmoderno es un producto de las primarias. De su carácter plebiscitario, por ser precisos. El mal avanza imparable desde el retorno de Pedro Sánchez a Ferraz. Y acaba de dar la cara con una moción de censura presentada sin previa consulta a los órganos de dirección del partido.
Mintió Sánchez cuando a última hora del jueves anunció que consultaría a la ejecutiva la posibilidad de presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno. Pero ni consulta ni debate. Nada de eso ocurrió en la reunión celebrada a partir de las 11:00 del día siguiente.
Los miembros de la ejecutiva federal, con algunas ausencias, se limitaron a darse por enterados de que más de una hora antes la moción ya había sido registrada en el Congreso por una portavoz socialista, Margarita Robles, cada vez más incómoda en el ejercicio de sus funciones. También ella lo supo sobre la marcha (tampoco fue consultada previamente) y ni siquiera estuvo luego en la reunión (en razón del cargo, tiene voz sin voto).
Ábalos da la palabra a Sánchez, que informa de que el documento ya está en el registro de la Cámara, explica los motivos de la iniciativa (“recuperar la dignidad del país”) y pregunta si alguien tiene algo que decir. Cruce de miradas, unas de asentimiento y otras de estupor. Nadie toma la palabra. Y entonces Adriana Lastra, vicesecretaria general, rompe el pesado silencio con un aplauso secundado perezosamente por los asistentes. Fin de la reunión.
Ni siquiera se trató de la preceptiva convocatoria del comité federal, máximo depositario de la voluntad de la militancia, que se celebrará esta tarde. Un lamentable olvido. Ábalos, que había tenido que interrumpir su estancia en Copenhague para venir a la reunión (otra prueba más de que el paso de Sánchez es fruto de la improvisación), resolvió utilizando el grupo de WhatsApp de los miembros de la dirección.
Ni siquiera se trató de la preceptiva convocatoria del comité federal, máximo depositario de la voluntad de la militancia. Un lamentable olvido
Poco más de 15 minutos para dar por supuesto que la dirección colegiada del PSOE apoya la decisión unilateral de Sánchez. Pero no para evitar el malestar generado entre dirigentes nacionales, incluidos algunos considerados ‘pedristas’ hasta ahora. En cuanto a los ‘barones’, tampoco es verdad que fueran consultados previamente. Como mucho, y no todos, fueron informados el viernes por la mañana.
El caso es que el fin de semana han sonado las alarmas en el seno de la familia socialista sobre el creciente personalismo de un secretario general, que en posterior rueda de prensa acabaría siendo ante los periodistas mucho más explicito que ante sus compañeros de la dirección.
Las criticas a Sánchez, asesorado por un profesor de Derecho Constitucional y un conocido politólogo, no suavizan la reprobación al Gobierno
Las criticas a Sánchez, asesorado por un profesor de Derecho Constitucional, García Fernández, y un conocido politólogo, Iván Redondo, no suavizan la dura reprobación al Gobierno Rajoy. Ni el escándalo generado por la sentencia del caso Gürtel. No se discute la necesidad de tomar iniciativas contra un Gobierno que ha hecho la vista gorda frente a la corrupción de su propio partido, el PP. O de que el PSOE encabece la regeneración de la vida pública.
Sin embargo, se perciben dudas sobre el momento de la política nacional elegido para tomar el atajo hacia La Moncloa: 85 diputados no parece un capital suficiente para afrontar la tarea. Los números le condenan a lograrlo solo con los votos de Podemos y de los nacionalistas. Eso hundiría a Rajoy, desde luego, pero dejaría el campo libre a Ciudadanos ante las próximas elecciones. Y nadie entendería un Gobierno socialista desasistido de los dos partidos que junto a él forman el frente constitucional del 155 en Cataluña.
Atentos a la pantalla de hoy. Tanto por la reunión del comité federal, convocado para esta tarde, como por las adelantadas reuniones de la Mesa y la Junta de Portavoces del Congreso, de donde saldrá la fecha de la moción de censura. ¿Antes o después de la definitiva aprobación de los PGE, tras su paso por el Senado? Una incógnita muy relevante para saber, por ejemplo, cómo votarán los cinco diputados del PNV cuando el candidato Sánchez pida la confianza de la Cámara.