ABC 16/05/17
· José Manuel Azcárate obtuvo la condicional tras convencer a la juez de que estaba enfermo
El Juzgado de Instrucción número 3 de San Sebastián abrió ayer diligencias contra el etarra José Manuel Azcárate Ramos, alías «Manu», que fue detenido el pasado diciembre por quebrantar la libertad condicional y huir a Francia. Se trata del mismo hombre que en 1992 obtuvo el tercer grado gracias a la por entonces juez de Vigilancia Penitenciaria Manuela Carmena, quien determinó que el terrorista, que solo había cumplido seis de los 51 años de cárcel a los que había sido condenado por detención ilegal y pertenencia a banda armada, había renunciado a la violencia. Ahora, la Fiscalía de Guipúzcoa ha pedido para él una pena de nueve meses de prisión y la inhabilitación del derecho a ser elegido como cargo público.
Azcárate cumplía pena desde 1986 en la cárcel de Badajoz, donde fue encerrado tras ser declarado culpable del secuestro del empresario Juan Pedro Guzmán Uribe. También fue partícipe en varios atentados, como el que sufrió un convoy militar en 1984 en el municipio vizcaíno de Galdácano, donde murieron el teniente Juan Enríquez Criado, el subteniente Francisco Javier Fernández y el civil Manuel Asensio Pereda. A pesar de su currículum delictivo, no pasó más de seis años entre rejas, pues la ahora alcaldesa de Madrid determinó que el implicado se encontraba enfermo y había renunciado a la lucha armada. Solo una semana después de salir de prisión, el etarra dejó en evidencia a la juez y manifestó ante los medios que no se arrepentía de sus actos ni de los del conjunto de la organización terrorista.
Grave afección
El etarra volvió a eludir la cárcel en 2004, cuando el juez Javier Gómez Bermúdez, que antes le había revocado la libertad condicional por incumplir reiteradamente su obligación de personarse ante la Ertzaintza, le dejó libre de nuevo por sus problemas de salud. En concreto, Azcárate afirmó que sufría un caso de varices esofágicas, que provocan sangrados digestivos.
De nuevo en libertad, el criminal volvió a quebrantar el tercer grado y se fugó a Marsella, donde finalmente fue detenido por las autoridades francesas en diciembre de 2016. Según fuentes de la delegación del Gobierno en el País Vasco, su intención era la de trasladarse a Latinoamérica.