Teníamos que llegar a lo de Rociíto. Y a lo de la ninistra de Igualdá, si no fuera porque la lógica de los hechos es la contraria: primero llegamos a lo de Irene Montero y de ahí se ha deducido como corolario que una ministra vaya a la telebasura para hablar sobre dos sujetos tan improbables como Antonio David Flores y Rocío Carrasco. Él era un guardia civil del que se encaprichó la hija mimada de una tonadillera famosa y un campeón de boxeo, eso era todo. Bueno, todo no, el guardia empezó a cobrar en metálico las multas y lo expulsaron de la Benemérita.
El ‘pograma’ de Jorge Javier es una excrecencia que le ha salido al periodismo, como Unidas-Podemos es una excrecencia que le ha salido a la política. Es preciso recordar que la marquesita tuvo un precursor: Pedro Sánchez llamó a ‘Sálvame’ para hablar en directo con Vázquez sobre el toro de la Vega. “Soy un gran amante de los animales, tengo una perrita y dos tortugas”, explicó este tipo en sus memorias.
Irene Montero tenía en lo de Jorge Javier su espacio natural, todo a juego: un director que no dio paso a la hija de los dos excónyuges al espacio en el que se ventilaban las bajas pasiones y las presuntas agresiones del padre. Todas las demandas de Rocío Carrasco han sufrido revolcones en distintos juzgados y ante el propio Supremo, sin una sola condena. Hemos asistido al espectáculo de una ministra que desprecia a la Justicia al grito de “yo sí te creo” (Al juez, no). Lo de Rociíto ya lo habíamos vivido con Juana Rivas a quien llegaron a creer el presidente Rajoy y Susana Díaz, así como la actual fiscal general del Estado, pero que fue condenada a cinco años por sustracción de sus propios hijos y a seis años de privación de la patria potestad.
Irene Ceaucescu explicó la razón de su comparecencia: “los niveles de audiencia (del programa) justifican que hable”. Era el palenque idóneo para batir a la justicia heteropatriarcal que lo es, según Ana Pardo de Vera, otra reputada ‘ignoranta’, porque la inmensa mayoría de los jueces en España son hombres. El 46,1% frente al 53 ,9% de mujeres. España es un plató de telebasura.
Así está el tema, con la basurilla de Jorge Javier Vázquez constituida en cámara de apelación. Hará de testigo de la acusación Rocío Carrasco y será condenado su exmarido, una lumbrera que anuncia su intención de demandarla, sin considerar que a quien debía demandar es a Tele-5. Pero en fin, pelillos a la mar, Pedro Sánchez no acudió al plató por estar un poco liado con las mociones de censura de Murcia y Castillas y León, fracasadas, como las tres intentonas de Madrid. Le queda la esperanza de marcar la de la honrilla en el Ayuntamiento murciano, aunque si tuviese algo de caletre debería empezar a pensar que su admirado Iván no distingue bien las ideas de las ocurrencias. Gobernar a golpe de mociones de censura, no de victorias electorales, qué ocurrencia. Todos los líderes deberían ir a ‘Sálvame’ para acordar que la moción de censura recobre el carácter destructivo que proclamó el doctor Fraude en la que lo llevó a La Moncloa. Era solo para convocar elecciones, dijo y mintió, como suele. Ahora ha impuesto la verdad: la moción ‘constructiva’ solo es el procedimiento para agregar cabreos populistas que tanto gustaba a Ernesto Laclau.