EL CORREO, 02/05/13
El sindicato Erne exige al Gobierno vasco que «extreme las precauciones» después del ataque frustrado en Legazpi
El PNV, el PSE y el PP no ocultaron ayer su inquietud por el intento de emboscada con piedras y cócteles molotov que cuatro encapuchados organizaron contra una patrulla de la Ertzaintza en la localidad guipuzcoana de Legazpi durante la madrugada del pasado 21 de abril, horas después de que se celebrase la consulta sobre el polémico sistema de recogida de basuras puerta a puerta.
El intento de encerrona, desvelado en su edición de ayer por EL CORREO, ha sembrado también una profunda preocupación entre los agentes que trabajan a pie de calle. El sindicato mayoritario Erne remitió un escrito a la comisaría de Zumarraga para mostrar su apoyo y solidaridad a los ertzainas por el «ataque» y para exigir al Departamento vasco de Seguridad que se «extremen las precauciones» para los patrulleros, a quienes recomendó que pongan en su conocimiento «cualquier actitud de relajación» o «exposición al peligro» por parte de las jefaturas.
Erne, que advirtió de que el aumento de las korrikas (patrullas a pie) pueden poner en «claro riesgo» a los ertzainas, solicitará hoy una reunión con los responsables de la consejería porque entiende que «no existe ninguna duda» de que era un ataque perpetrado contra la Policía vasca por mucho que algunos quieran «despistar» con otras «polémicas», como el debate sobre la recogida de basuras.
Los sospechosos, que prendieron fuego a dos contenedores como cebo para atraer a la Policía, abortaron la emboscada por motivos que se están investigando cuando estaban escondidos en las inmediaciones del instituto Olazabal de Legazpi, situado en un pequeño alto. Los agentes barajan la posibilidad de que los encapuchados se asustaran y huyeran a la carrera de allí –abandonando a simple vista los cuatro cócteles y decenas de piedras– al ver que la patrulla se dirigía hacia el lugar en el que estaba el contenedor en llamas por una dirección distinta a la que habían previsto. Lo cierto es que los artefactos incendiarios y el resto del material, que recuerdan al ‘modus operandi’ que se empleaba en los peores ataques de kale borroka de las últimas décadas, no fueron descubiertos hasta la mañana del lunes por un empleado del centro educativo. Comenzó entonces una investigación en la que, de momento, la Ertzaintza no descarta ninguna hipótesis.
El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate reconoció ayer, en declaraciones a este periódico, que le «preocupa» el «recrudecimiento» en lo que se refiere a las declaraciones de los líderes de la izquierda abertzale y también por los «incidentes» que se están registrando en las últimas semanas. El portavoz de la formación jeltzale en la comisión de Seguridad citó, además del intento de emboscada en Legazpi, los «ataques» y las pintadas «amenazantes» aparecidas en numerosos batzokis de Euskadi y la reciente quema de un cajero en Amorebieta. Iturrate reconoció que al PNV le «preocupa» «qué movimiento de fondo puede haber detrás» de todos estos sucesos. En este sentido, confió en que se trate de simples «coletazos» y no de signos de algo mucho «más grave» que conduzcan a la sociedad vasca a «dinámicas del pasado». El representante del PNV considera que la izquierda abertzale debe «pronunciarse» de forma «clara y contundente» sobre todos estos sucesos.
Tiempos pasados
El dirigente del PSE Rodolfo Ares subrayó que lo ocurrido en Legazpi es un acto «muy grave» que requiere por parte de los partidos políticos muestras claras de «repudia» y «condena». El exconsejero de Interior del Gobierno vasco mostró su «respaldo y apoyo» a la Ertzaintza y advirtió que se trata de un ataque «fascista y totalitario» que «retrotrae» a tiempos pasados. De hecho, el representante de los socialistas vascos considera que sucesos como los que se están viendo en las últimas semanas evidencian que en la sociedad perviven todavía «comportamientos intolerables».
Por todo ello, Ares pidió que se investigue «a fondo» para tratar de aclarar las circunstancias de lo ocurrido y para que se pueda «identificar» y «actuar con toda contundencia» contra los autores. A nivel político –insistió– los partidos tienen la obligación de «pronunciarse» sobre estos sucesos.
La parlamentaria del PP Nerea Llanos mantiene que el intento de emboscada evidencia que se han «lanzado las campanas al vuelo demasiado pronto» cuando «ETA todavía no se ha disuelto». Llanos aseguró ayer que el «tono cada vez más elevado» que utilizan los dirigentes de la izquierda abertzale recuerdan «cada día más» a las actitudes «beligerantes» de Batasuna en el pasado. «Estamos viendo una cadena de sucesos aislados muy preocupantes. Y este es un hecho muy grave al que no se le pueden poner excusas», dijo Llanos, antes de anunciar que pedirá la comparecencia de la consejera de Seguridad para que proporcione más información sobre la emboscada.