EL CORREO – 10/10/14
· Egibar rescata el ‘plan Ibarretxe’ aunque reconoce que «no vincula» ya a la Cámara.
· El debate sobre el derecho a decidir vuelve a dividir a nacionalistas y no nacionalistas, que inciden en el respeto a la ley y a las reglas del juego.
PNV y EH Bildu unieron ayer sus fuerzas en el Parlamento vasco para lograr que la Cámara respalde expresamente el «proceso político y democrático» abierto en Cataluña, un espaldarazo a la consulta del 9-N suspendida cautelarmente por el Tribunal Constitucional. El Legislativo vasco debatió una propuesta de la izquierda abertzale registrada en marzo, cuando el Constitucional anuló la declaración de soberanía aprobada en enero por el Parlament, para declarar «antidemocrático» el dictamen del alto tribunal y reconocer la legitimidad de Cataluña para decidir su futuro.
Finalmente, las dos fuerzas abertzales pactaron durante el pleno una enmienda, aprobada con 48 votos a favor y 27 en contra, que elimina las críticas directas a los jueces, pide respeto y reconocimiento para el camino emprendido por CiU, ERC, ICV y las CUP y reconoce la «legitimidad democrática» de los pueblos para decidir su futuro, siendo «el único límite» lo que «la ciudadanía exprese y decida democráticamente». Los parlamentarios de EH Bildu lo celebraron con aplausos e incluso Dani Maeztu y Unai Urruzuno desplegaron una ‘estelada’ –la bandera independentista catalana–, entre llamadas al orden de la presidenta, que recordó que el Parlamento «no es un circo».
Más de medio año después de que Bildu la presentara en el registro, la iniciativa se debatió ayer, en plena cuenta atrás hacia la fecha señalada por el Govern para la consulta, y en medio de un mar de incertidumbres sobre la salida que tomarán las fuerzas soberanistas catalanas. La Cámara aprobó la declaración de ayer gracias a la unidad de acción de los nacionalistas, aunque solo en el plano teórico. No en vano, mientras la izquierda abertzale demanda abrir un camino «unilateral» a imagen y semejanza de Cataluña, el lehendakari ha trasladado en los últimos días a los líderes vascos que, en materia de autogobierno, su intención es mantener el debate en manos de la ponencia y «respetar el calendario».
El libro rojo
A la vez, la discusión parlamentaria sirvió para reflejar dos posiciones diametralmente opuestas sobre el derecho a decidir –la socialista Idoia Mendia llegó a decir que «no se puede ser demócrata y defenderlo», lo que provocó revuelo y aspavientos en la bancada de EH Bildu–, que partieron en dos a la Cámara como en tiempos del ‘plan Ibarretxe’. Una iniciativa que Joseba Egibar, por cierto, rescató para responder al popular Borja Sémper, que le había exigido que «se moje» y aclare «de una santa vez» si quiere o no la independencia. «No solo la posición del PNV, la posición mayoritaria de esta Cámara la tiene usted en el libro rojo que recoge el nuevo estatuto político», enfatizó el portavoz jeltzale, que reconoció, no obstante, que ese texto, de 2004, ya «no vincula» al Parlamento «y menos a los presentes, que tenemos capacidad de actualizar nuestra posición política».
Tanto PNV como EH Bildu defendieron con ardor la «legitimidad» de las instituciones catalanas para plantear la consulta y reprocharon al Gobierno de Rajoy la «negación» de ese supuesto derecho, frente a la actitud dialogante del Reino Unido al permitir el referéndum escocés. Pello Urizar, portavoz de EH Bildu, atribuyó, de hecho, la «confrontación» exclusivamente al Gobierno central, y Egibar dijo defender el proceso catalán porque es, «en cierta forma, nuestro proceso». Ante la insistencia de PSE, PP y UPyD en recordar que el derecho a decidir no tiene cabida en el marco legal, el portavoz peneuvista recordó que tampoco el Constitucional canadiense reconoció el derecho a la secesión de Québec pero sí a consultar a sus ciudadanos con una pregunta «clara» que exigiera abrir una negociación posterior.
Mendia insistió en que defender el derecho a decidir no es «compatible» con la democracia porque es una «argucia» para lograr que «una mayoría se imponga a una minoría». Además, puso límites a la capacidad de decisión en un Estado de Derecho. «Este Parlamento no puede decidir declarar la guerra a Japón o derogar un tratado de la UE», ilustró. Sémper denunció el «tensionamiento extremo» al que han abocado «los nacionalistas» a la sociedad catalana «con su apelación permanente a las tripas». Desde UPyD, Gorka Maneiro, insistió en que «no hay nada más reaccionario que levantar fronteras».
EL CORREO – 10/10/14