EL CORREO 01/05/13
Los tres mantienen sus discrepancias, aunque apuestan por fijar «unos principios compartidos» e intentar acercar posturas el 13 de mayo
La ponencia de paz y convivencia del Parlamento vasco reanudó ayer sus trabajos con las mismas dudas e interrogantes que rodean este foro desde que se constituyera en la pasada legislatura, a pesar de que los tres grupos que ahora la integran –PNV, EH Bildu y PSE– se han comprometido a acordar «unos principios compartidos». El problema es que, más allá de esta declaración de intenciones, las diferencias siguen siendo notables, sobre todo a la hora de fijar el «suelo ético» desde el que construir el futuro de Euskadi: mientras jeltzales y socialistas mantienen, con matices, la exigencia de que el punto de partida tiene que ser lo acordado el año pasado –un documento en el que, entre otras cuestiones, se defendía el papel de la «memoria» como una «herramienta esencial» para «la deslegitimación» del terrorismo–, la izquierda abertzale no acaba de confirmar a los otros dos partidos si asume estos planteamientos. Tanto el PNV como el PSE, en especial los socialistas, han pedido a la formación encabezada por Laura Mintegi que para la próxima cita, el 13 de mayo, aclare dónde sitúa ese mínimo ético.
La reunión celebrada ayer en el Parlamento vasco supuso la primera jornada de trabajo real tras la reactivación, el pasado 11 de abril, de la ponencia de cara a esta legislatura. El foro arrancó con la ausencia del PP y UPyD, muy críticos con la izquierda abertzale, aunque no se descarta que los populares entren a medida que avancen los trabajos.
El problema es que las previsiones apuntan a un desarrollo muy parsimonioso de las negociaciones. De hecho, la cita inaugural apenas fue una toma de contacto y sólo sirvió para que los tres grupos se intercambiasen documentos y fijasen el 13 de mayo como punto de partida para concretar la metodología y las propuestas de comparecencia.
El texto entregado por el PNV recupera los objetivos que este partido propuso ya en la anterior legislatura, mientras que el del PSE incluye las conclusiones alcanzadas por la ponencia el pasado curso en lo que se refiere al «suelo ético» y al «reconocimiento del daño causado», unas resoluciones que fueron ratificadas a finales de marzo en el pleno monográfico convocado a petición de EH Bildu para abordar lo que la coalición abertzale define como la «resolución del conflicto».
La coalición soberanista, por su parte, expuso un escrito con los cuatro ejes que, a su juicio, deben articular las labores de la ponencia: la búsqueda de una memoria «completa», la asunción de responsabilidades por parte de «todos», la construcción de la convivencia desde la «no imposición» y la modificación de la política penitenciaria hacia los presos de ETA, cuestión, esta última, que EH Bildu considera «prioritaria».
Cuestión de voluntad
Pero más allá de los documentos concretos, desde el PSE se insiste en que lo importante es la «voluntad» que muestre la izquierda abertzale durante las próximas semanas. La formación liderada por Patxi López admite que no se trata de un problema de «prisas», sino de alcanzar un acuerdo final «sólido». «Nadie ha dicho que esto fuera a ser rápido y fácil», sostienen los socialistas.
El PSE también recalca que el punto de partida tiene que ser lo pactado a finales de la legislatura pasada. «Podemos hablar de muchas cosas, pero lo que no tiene sentido es que nosotros demos pasos para atrás», subrayan en el partido.
En todo caso, y a pesar de las discrepancias, los tres grupos se han propuesto impedir un bloqueo de inicio, fijar unos «compromisos compartidos» y posteriormente desarrollar las cuestiones más peliagudas, como puede ser la política penitenciaria. Desde el PSE se recalca que tampoco tiene sentido dar muchos pasos si EH Bildu no aclara dónde sitúa el «suelo ético» y si asume el principio de «deslegitimación» del terrorismo. Una exigencia que también comparte el PNV. Aunque no se trata de un ultimátum, los socialistas insisten en que para cuando la ponencia se vuelva a reunir dentro de dos semanas, la izquierda abertzale tiene que resolver esa incógnita con el fin de evitar que el foro entre en un ‘impasse’ y quede «congelado».
En realidad, el panorama no ha cambiado demasiado en las últimas semanas. Sobre el papel, las tres formaciones han mostrado su voluntad de llegar a un acuerdo de mínimos. Pero los socialistas subrayan que es imprescindible intentar sumar al PP, formación que rechazó entrar en la ponencia cuando arrancaron sus trabajos al considerar que las últimas declaraciones públicas de la izquierda abertzale demostraban que quería convertir a este foro en un altavoz de sus propuestas.
A pesar de sus dudas y de que también ven con cierto escepticismo algunas actitudes de la izquierda abertzale, el PSE sostiene, sin embargo, que la ponencia puede servir para «atraer» a EH Bildu al «terreno de los demócratas» y reforzar su «alejamiento» de las posturas más vinculadas con la violencia. Una visión no muy diferente a la del PNV. «Debemos interpretar el pasado y ganar el futuro», afirmó Joseba Egibar cuando se constituyó el foro a mediados de abril, sólo tres semanas después del pleno monográfico en el que el PNV, PSE y PP suscribieron un documento idéntico al aprobado en la ponencia la legislatura pasada. Eso fue a mediados de marzo. Y EH Bildu se abstuvo en medio de una fuerte polémica. Desde entonces, poco se ha avanzado. Habrá que esperar al 13 de mayo.
El PP y UPYD mantienen sus recelos
El arranque de los trabajos en la ponencia de paz también sirvió para que las dos formaciones que no participan en ella –PP y UPyD– reforzasen su discurso. El presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, insistió en sus condiciones para incorporarse al comité: «Dejar de hacer el juego a Batasuna» y que «se empiece por exigir y conseguir que todo el mundo que se siente en esa mesa sea capaz de condenar un asesinato y lo que ha hecho ETA».
«A nadie sensato se le ocurriría hacer una comisión en el Parlamento contra la violencia machista sentados con personas que justifican la violencia machista», recalcó Basagoiti. El líder del PP manifestó que el papel de su partido es de «exigencia» y «no lo hace por cabezonería o por tener una postura inmovilista». «Los inmovilistas son aquellos que en el año 2013 siguen con fórmulas del 80 o del 90, los que siguen pensando que hay que negociar con ETA para que deje de atentar», remachó.
En una línea no muy diferente se expresó Gorka Maneiro. El parlamentario de UPyD sostuvo que el PNV y PSE «reinciden en el error» al participar en la ponencia de paz y convivencia porque «se trata de un foro que no tiene otro objetivo que asumir la agenda de Batasuna y hablar de los presos de ETA». «EH Bildu aprovechará la ponencia para apuntalar la falsa teoría del conflicto político y para enredar a los demócratas», pronosticó Maneiro.
A su juicio, «para lograr la derrota definitiva de ETA es necesario aplicar el Estado de Derecho y la legalidad vigente, y no conversar con los representantes políticos de la banda sobre sus presos». «Los presos de ETA son un problema de la banda, no de los demócratas», señaló.