Las amenazas lanzadas hace unas semanas por Pablo Iglesias a los presidentes socialistas pueden convertirse en realidad de forma inmediata. La dirección estatal de Podemos anunció ayer su apoyo a los compañeros del partido morado que decidan romper con el PSOE en sus respectivas comunidades autónomas por considerar que es incompatible mantener su apoyo parlamentario a los socialistas, con el hecho de que vayan a hacer presidente del Gobierno a Rajoy, mediante la abstención.
Podemos apoya parlamentariamente al PSOE en Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares mientras que en Castilla-La Mancha andan recomponiendo relaciones después de que se anunciara la ruptura del pacto de investidura. En este escenario, la situación más complicada se concentraría en Aragón, donde desde hace un tiempo, existe una importante tensión entre las partes por –recrimina Podemos– los «muchos incumplimientos» de Javier Lambán respecto al programa acordado.
El líder aragonés de la formación morada, Pablo Echenique, cree que el PSOE de Aragón «está cada vez más cerca de PP y más lejos» de su partido. Así pidió a sus militantes que «tomen nota» por si finalmente este desencuentro se traduce en un punto y final de su pacto.
La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Irene Montero, destacó que la continuidad de los pactos debe decidirse en los territorios, pero expresó que apuestan por mantener vivos sólo «aquellos donde se están cumpliendo los acuerdos y se están defendiendo los intereses de la gente».
En esa línea, el líder valenciano de Podemos, Antonio Montiel, habló de aumentar la «exigencia». También se mostraron encendidos en Baleares. La portavoz de Podemos en el Parlament balear, Laura Camargo, avisó de que si los dos diputados socialistas se abstienen «el pacto de Baleares puede estar herido de muerte».
En Castilla-La Mancha, Podemos puede adoptar una posición aún más exigente con García-Page para recomponer el pacto roto hace un mes y por el que habían vuelto a entablar contactos para una reconciliación.