ABC – 14/04/16
· Los inscritos pueden votar desde hoy en la consulta, en la que se espera poca afluencia.
No hay atisbo de duda en la dirección de Podemos cuando se pregunta por el resultado de la consulta a la que hoy someterá a sus bases. «Los que se van a movilizar son los militantes y ellos no son como los votantes, no quieren ningún acuerdo con Ciudadanos», señalan con contundencia altos cargos del grupo.
Vestida de consulta abierta y popular, la pregunta de Podemos a sus bases es sólo un salvoconducto para que su secretario general, Pablo Iglesias, mantenga su estrategia de forzar al PSOE a formar un Gobierno exclusivamente bicolor sin Ciudadanos y con las fuerzas independentistas. De esta forma, viene así a dar la razón al portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, cuando acusó a Iglesias de plantear una maniobra para «romper» la negociación a tres bandas que incluía a Ciudadanos. Podemos simplemente espera de la consulta un «mandato popular» que legitime esta ruptura a ojos de sus votantes.
Logrando el «no» de sus bases a Ciudadanos, consigue un doble objetivo: evitar que sus electores le acusen de no haberse esforzado en la negociación y poner contra las cuerdas el acuerdo del PSOE con la formación naranja. El portavoz parlamentario de la formación morada, Íñigo Errejón, lo dijo alto y claro ayer en el Congreso. «En cuanto el PSOE se convenza de que ésa es la vía, (romper con Ciudadanos) y se atreva puede haber Gobierno inmediatamente y ahí puede ser una cuestión de horas», aseguró tras registrar una proposición de ley para subir el salario mínimo.
Esta consulta en la que participarán sobre todo los militantes tiene, evidentemente, un riesgo: la participación. Aunque Errejón deseó ayer «que sea lo más alta posible», a puerta cerrada la dirección del grupo admite que no se esperan grandes cifras y cuentan con no superar el 50 por ciento, que sí logró la consulta del candidato socialista, Pedro Sánchez. Pero la baja cifra, creen, compensa aunque pueda arrojar una sombra de desligitimidad. Para evitar que este mal sabor de boca se repita en el futuro, las mismas fuentes admiten que la formación tendrá que replantearse la composición de su censo.
Después de la consulta, a partir del lunes cuando se conocerá el resultado, el plan de Podemos es «no tener plan», aseguran las mismas fuentes. Esto es, esperar con sangre fría que los socialistas abandonen a su socio y se produzca la oferta de Gobierno que están esperando desde el 20-D, aunque no cunde el optimismo. No prevén ni más gestos, ni llamadas, ni negociaciones. «Tenemos muy claro lo que queremos y no es cualquier pacto, es un pacto en concreto para compartir el Gobierno. O eso, o nada», subrayan las mismas fuentes.