Podemos en Caracas

EL MUNDO 31/03/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

AYER, el régimen de Maduro, partido nodriza de Podemos, consumó la última etapa del golpe de Estado que rumiaba desde que perdió de forma aplastante las elecciones a la Asamblea Nacional de Venezuela. Hace unos días, Luis Almagro, Secretario General de la OEA, declaró que «Venezuela es un país hundido en la represión» e instó a apoyar por todos los medios a una oposición indefensa ante los matones: desde el inhumanamente encarcelado Leopoldo López y la ilegalmente marginada María Corina Machado, al vilmente injuriado por el sicariato podemita Hernán Capriles.

Los Chikos del Maíz, ahora Riot Propaganda, grupo predilecto de Pablontero o Pablirene, como llama al Brangelina morado Jorge Bustos, fueron agasajados recientemente en Radio Carmena, dirigida por el Chiko de Telesur, o sea, de Maduro. Y siguiendo la política tradicional castrista de acosar a los disidentes políticos en España, Los Chikos del Chiko de la Cheka presentaron un disco en que dicen: «España pide a gritos menos flores y más pasamontañas», «habrá que ocupar palacios, las Cortes y comisarías», «queremos nuestra propia guillotina en la Puerta del Sol» y «poético como el cáncer de Esperanza Aguirre» («si no le gusta, cambie de emisora», le espetó a la propia Aguirre Rita Maestre) y este fino toque agradaor al anfitrión: «Serás la eterna oposición humillada como Capriles».

Ayer, Caracas anocheció con el parlamento que sueña Podemos aquí: ninguno. Los jueces «comprometidos con el proceso» que busca Pablenin forman allí el Tribunal Supremo, presidido por un hombre digno de un rap podemita: Maikel Moreno, personaje temible de la policía política de Carlos Andrés Pérez (Disip), luego de Chávez (Sebin), dos años encarcelado por el asesinato de una mujer y procesado por otro homicidio que supuso su expulsión de la policía. Reapareció como fiscal especializado en perseguir a la oposición democrática al chavismo y ha sido denunciado por el ex-magistrado chavista Velásquez como el jefe de La banda de los enanos, que domina el corrupto aparato judicial gorilista. Si Ana Pastor deja un minuto de mimar a Pablontero, las Cortes deberían condenar el golpe de Maikel y Maduro y la dictadura abiertamente declarada, que es el modelo de Podemos para España. Con Ferreras y Ruiz, sus Chikos de la Telesoraya, para disimularlo, no es imposible.