EL MUNDO – 01/11/15
· Aumentará el IRPF a partir de los 60.000 euros y retira «suavizar» la tributación hacia abajo.
· Como ya hiciera en el programa de las autonómicas, Podemos propone para las elecciones generales una amplia batería de impuestos –entre subidas y creación de nuevas tasas– para costear el amplio programa social con el que se presenta Pablo Iglesias, que sólo en la «renta garantizada» para los hogares sin ningún tipo de ingreso estima incrementar el gasto público en unos 15.158 millones de euros. No obstante, Podemos también contempla importantes bajadas del IVA, como en alimentos, la electricidad, el gas, la calefacción o los productos culturales y escolares.
La formación morada desveló ayer el borrador de sus medidas para las elecciones del 20 de diciembre al someterlo a votación en internet entre sus más de 380.000 simpatizantes. Una vez sea aprobado, Pablo Iglesias y el equipo que lo ha coordinado, con Carolina Bescansa al frente, harán una amplia presentación en la que se podrá profundizar más.
Por lo pronto, uno de los puntos clave es la reforma del IRPF. Podemos fija su anuncio de subir los impuestos «a los ricos» en los 60.000 euros de renta anual, elevando progresivamente los tramos desde el 45% hasta el 55% para las rentas superiores a 300.000 euros. Respecto al umbral de los 60.000 euros, Podemos se enmienda a sí mismo, pues en el mes de mayo estableció el aumento de impuestos a partir de los 50.000 euros.
En todo caso, el matiz importante viene por abajo, donde se sitúa la mayoría de los trabajadores españoles. Si en las autonómicas anunciaba que iba a «suavizar» la carga impositiva para los sueldos entre 25.000 y 50.000 euros y «reducirla» para las rentas inferiores a 25.000, ahora simplemente no dice nada al respecto. La interpretación lógica es que no piensa tocar esos salarios para cuadrar las cuentas, pero tendrá que ser la próxima semana cuando Podemos responda a esta cuestión. Asimismo, se quiere eliminar las deducciones.
Otro capítulo fundamental tiene que ver con el IVA. Por un lado, habrá más alimentos y bebidas que se beneficien del tipo superreducido del 4% y, por otro, se reducirá gran parte de la carga en luz, gas y calefacción, porque se pasará del 21% al 10%, lo que implicará una notable bajada del recibo. Asimismo, los productos culturales y escolares –cuyos colectivos estuvieron en pie de guerra contra Montoro– verían cómo se vuelve a la «situación previa» al PP.
Para «compensar» la previsible caída de la recaudación por todas estas rebajas, «los artículos de lujo» tendrán un gravamen del 25%.
Donde Podemos pretende hacer caja es en la modificación o creación de nuevos impuestos, muchos de ellos catalogados como «verdes», que penalizarán considerablemente el uso de fuentes de energía contaminantes. Por ejemplo, se subirán los impuestos sobre los hidrocarburos y el carbón –y, a su vez, «se revisarán los beneficios fiscales existentes»– y se igualarán los tipos impositivos sobre la gasolina y el gasóleo. Se quiere acercar la «presión fiscal» a la media europea –con un impacto de 0,8% más en el PIB–.
Respecto al Impuesto de Patrimonio, rebaja de los 700.000 euros actuales a los 400.000 el límite a partir del cual pagar y propugna la unificación del Impuesto de Sucesiones, casi inexistente en Madrid, donde se concentran rentas más altas.
Se endurece enormemente la regulación de las sicav, que pasan de tributar al 1% a hacerlo con el tipo máximo del Impuesto de Patrimonio.
Por otra parte, el programa establece un «impuesto de solidaridad» a las entidades financieras «con el fin de recuperar progresivamente las ayudas públicas recibidas». Se aplicará «sobre los beneficios» y durará una legislatura. Asimismo, las grandes empresas tendrán que pagar más: se eliminarán «privilegios fiscales y la mayoría de deducciones».
Podemos también abre la puerta a cobrar tasas por uso de infraestructuras de transporte o por acceso al centro de las grandes ciudades.
Gran parte de todo este dinero irá a pagar la «renta garantizada», presentada ya por Iglesias, que ofrecerá a los hogares sin ingresos una paga de 600 euros con bonificaciones en función del número de personas. También habrá una paga complementaria para asalariados por debajo de 900 euros. Este paquete beneficiaría a «7,8 millones de personas».
EL MUNDO – 01/11/15