Cataluña incomoda a Podemos. El desafío secesionista lanzado por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, sume en un juego de vaivenes a la formación morada, que hace de la indefinición su principal apuesta. Si hace unos días Pablo Iglesias, líder del partido, daba su aval a la consulta unilateral para separarse de España que alimenta Puigdemont –es «una movilización legítima», dijo Iglesias–, ayer Pablo Echenique, secretario de Organización del partido, desdecía a su secretario general. «Nosotros no estamos de acuerdo con que un referéndum unilateral sea una solución», sentenció.
«Podemos tiene un marrón muy gordo con Cataluña», comentaba recientemente un destacado líder catalán. La formación morada quiere que haya un referéndum, pero que sea vinculante y pactado con el Estado. «Nuestra posición es clara y siempre ha sido la misma», clamaba ayer Echenique. Pero el gesto de complicidad de Iglesias, amparando las acciones que pueda emprender Puigdemont, supuso un punto de inflexión que ayer enmendó o matizó su secretario de Organización.
«Nos parece bien que la gente se movilice en Cataluña queriendo votar, pero ya advertimos de que una consulta no pactada no va a solucionar nada. Nuestra propuesta es distinta», reflexionó Echenique. Según sus palabras, para Podemos lo legítimo sería una consulta pactada con el Estado.
Así pues, la posición oficial de Podemos es que no respalda la convocatoria de un referéndum unilateral. Y ello pese a que un representante de la formación sí acudió a la cumbre organizada por Puigdemont hace unos días, a la que citó a los partidos políticos partidarios de una solución no negociada con el Ejecutivo. Pero desde Madrid, desde la dirección nacional, se desmarcaron de su decisión. Otra muestra de confusión.
Como si hubiera habido un acuerdo, la necesidad de una consulta negociada y vinculante fue también la posición defendida ayer por Catalunya en Comú, el nuevo partido de ámbito catalán de Ada Colau. Aunque se muestran cautos a la espera de que Puigdemont desvele esta semana más detalles de su estrategia, ayer la Ejecutiva de la formación, que se reunió para preparar la reunión de hoy del Pacto Nacional por el Referéndum, decidió que sólo apoyará un referéndum «efectivo». Esto es, que tenga efectos, vinculante.
¿Qué quiere decir eso para ellos? Sobre todo, tres cosas, según explicó la portavoz, Elisenda Alamany: que cumpla el requisito de apelar a la mayoría de la ciudadanía –es decir, que los votantes contrarios a la independencia también se sientan llamados a votar–, que tenga garantías y que cuente con reconocimiento internacional.
La última condición, la del reconocimiento internacional, es la más clara de las tres y también la que más evidentemente incumplirá la votación unilateral del Govern. La Generalitat ha recibido en los últimos días el último varapalo en este ámbito: la Comisión de Venecia, que pidió un referéndum de acuerdo con la Constitución y con la legislación vigente.