EL MUNDO – 08/04/16 – EDITORIAL
· La reunión de ayer entre los equipos negociadores de PSOE, Ciudadanos y Podemos en una sala del Congreso sirvió para escenificar el imposible entendimiento de las formaciones de Albert Rivera y Pablo Iglesias, mientras los socialistas se aferran a un pacto entre los tres que es sencillamente una utopía.
José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos, lo dejó meridianamente claro. El documento de 20 puntos que Podemos presentó ayer en la mesa de negociación es inaceptable porque supone un incremento del gasto público de más de 60.000 millones de euros para la legislatura, una subida generalizada de impuestos, la derogación de la Lomce, la revisión de la reforma laboral, la intervención del sector eléctrico y la defensa del derecho a decidir, que –eso sí– están dispuestos a discutir con el PSC.
Lo más relevante del documento de Iglesias es que Podemos insiste en «el Gobierno a la valenciana» con sus confluencias, IU y el PSOE. Ciudadanos quedaría fuera de esta coalición, que podría sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez con el apoyo del PNV y la abstención de los independentistas catalanes. Pretender que Ciudadanos pueda sumarse a esta alternativa y al programa que propone Podemos es sencillamente ilusorio.
Villegas rechazó esa posibilidad de acuerdo con Iglesias y habló de un Gobierno de 130 escaños, que es lo que sumarían PSOE y Ciudadanos. Esa alianza carece de respaldo para lograr una mayoría parlamentaria, por lo que si Sánchez mantiene su palabra y no cede ante Podemos, la convocatoria de nuevas elecciones será inevitable por una cuestión de aritmética.
En su comparecencia ante los medios, Antonio Hernando, portavoz del PSOE, se aferró a la posibilidad de un pacto entre su partido con Podemos y Ciudadanos y afirmó que los tres se han comprometido a seguir en contacto telefónico para convocar una nueva reunión. Por el contrario, Villegas aseguró que no tienen prevista ninguna nueva cita con Podemos.
Hernando se negó a responder si el PSOE va a continuar negociando de forma bilateral con Podemos si Ciudadanos se niega a seguir dialogando con la formación de Pablo Iglesias. «Creo que el acuerdo es muy difícil pero no imposible si existe voluntad política», subrayó.
Frente al Gobierno sin mayoría absoluta que propone Podemos y frente al que defiende Ciudadanos, Hernando manifestó que está convencido de que puede haber un Ejecutivo que cuente con 199 escaños en la investidura, sugiriendo que cree que esas dos formaciones acabarán por apoyar la opción de Pedro Sánchez para que el PP tenga que pasar a la oposición.
El planteamiento de Hernando es insostenible y choca con lo que vimos ayer: que es imposible encontrar un punto medio entre las posiciones tan alejadas de Rivera e Iglesias. El PSOE tendrá que elegir entre uno u otro socio.
Veremos cual es la posición del líder de Podemos, que ha aplazado hasta hoy su comparencia para explicar la estrategia de su partido tras la reunión de ayer. Pero todo indica que dejará claro que el acuerdo con Ciudadanos no es posible si Rivera no rectifica sus principios. Ahí están esos 20 puntos que son inaceptables para una formación que defiende la libertad de mercado y unas cuentas públicas equilibradas.
Por mucho que la táctica del PSOE sea ganar tiempo, Pedro Sánchez se va a tener que decantar en los próximos días por mantener su acuerdo con Ciudadanos, lo que supondría la convocatoria de unas nuevas elecciones, o intentar un pacto para gobernar con Podemos, cuyos números salen si los independentistas se abstienen. Ello supondría un giro radical en el discurso de Pedro Sánchez, que ha venido insistiendo en que el PSOE va a respetar el compromiso con Ciudadanos y que no puede asumir la agenda radical de Podemos.
Pero no hay que anticiparse a la decisión del líder socialista, que se juega su futuro político en este dilema. Como decíamos ayer, ha llegado al final de la escapada y ahora tendrá que optar entre uno u otro socio.
Sánchez está muy condicionado por las líneas maestras que trazó el Comité Federal y por su consulta a las bases, pero a veces la ambición ciega a las personas. Lo que sí se le puede exigir es claridad. Los ciudadanos tienen derecho a saber si va a intentar pactar con Podemos para gobernar o prefiere correr el riesgo de unas elecciones para ser coherente con su reciente trayectoria.
EL MUNDO – 08/04/16 – EDITORIAL