Alberto Ayala, EL CORREO, 23/5/12
El PNV puede encaminarse hacia una inédita bicefalia vizcaína, con permiso de las urnas y de Egibar
Jobuvis’ (jóvenes burukides vizcaínos) fue el acrónimo con el que se identificó, apenas restaurada la democracia, a un prometedor grupo de cuadros jeltzales. Se habían conocido en EGI, la organización juvenil, de la que habían dado el salto al partido, al PNV, en el que empezaban a abrirse un hueco.
El primer éxito de los Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar, José Luis Bilbao, Joseba Aurrekoetxea, Koldo Mediavilla, Aitor Esteban o Iñigo Camino, llegaría en los 90. Javier Atutxa y el exconsejero de Interior Luis María Retolaza, avalado por el entonces todopoderoso Xabier Arzalluz, pugnaban por la presidencia del BBB. Los ‘jobuvis’ optaron por Atutxa, y ganaron.
A aquel éxito interno le seguirían muchos más. Casi tres décadas después, los ‘jobuvis’ han cambiado juventud por poder. Hoy Urkullu preside el EBB; Ortuzar, el BBB; Bilbao, la Diputación de Bizkaia; y Aurrekoetxea se ha convertido en el gran ‘factotum’ de la Ejecutiva nacional –de la que también forma parte Mediavilla–, que lo mismo discute con Egibar, que negocia con la izquierda abertzale, o pacta con el PP el reparto del poder en Kutxabank.
El PNV se la juega en las próximas autonómicas. Porque necesita recuperar Ajuria Enea y porque la izquierda abertzale parece en condiciones de disputarle algo que en Sabin Etxea creían tener ganado hace años: la hegemonía en el campo nacionalista.
Con semejante horizonte parecía razonable que los jeltzales rompieran la tradición y nominaran candidato a lehendakari al que juzgan su mejor hombre, el que siempre fue punta de lanza de los ‘jobuvis’, a Urkullu. Además de que carecía de toda lógica hacer algo distinto cuando desde hace meses la imagen jeltzale se ha asociado casi en exclusiva a la del presidente del EBB.
Pero, rota la tradición una vez, ¿por qué no hacerlo dos? Si Urkullu devuelve al PNV al poder, tendrá que abandonar el despacho principal de Sabin Etxea. Los alderdikides deberán elegir un nuevo presidente del EBB. Y Andoni Ortuzar parece el mejor colocado. Él fue quien sustituyó a Urkullu al frente del BBB cuando éste pasó al EBB y hace tiempo que es la otra persona que se encarga de trasladar a la sociedad lo que opina el partido.
Desde la Transición, el PNV jamás ha ensayado la bicefalia vizcaína pese a ser, de largo, la territorial más potente. El lehendakari siempre ha sido de una provincia y el presidente del EBB, de otra. Todo apunta que los ‘jobuvis’ lo intentarán. Y por el procedimiento ordinario; nada de atajos.
Las urnas, los pactos y Egibar tendrán la última palabra. Pero si Urkullu recupera Ajuria Enea para su partido, la ola del éxito puede impulsar hacia la cúpula del EBB a un Ortuzar siempre a su vera. Habrá que ver si el presidente del GBB presenta batalla. Es lo probable aunque su fuerza no sea la de antes. Eso sí, los vizcaínos no olvidan. Que se lo pregunten si no a los críticos alaveses de Gerenabarrena.
Alberto Ayala, EL CORREO, 23/5/12