La UE ha reducido sensiblemente el crecimiento de la Eurozona: será tan solo de un 2,6% este año y un 1,4% el siguiente, a la vez que empeora la perspectiva de los precios. Para España mantiene el 4% para el año en curso, lo cual es una buena noticia… si se cumple, a cambio de posponer la rebaja hasta el próximo ejercicio, cuando el crecimiento se quedará en solo un 2,1%. Sinceramente, lo esperaba peor. Con la guerra que no cesa de matar, la energía que no para de subir, los tipos de interés que despiertan de su letargo de años… Con las ayudas europeas atascadas en el tortuoso camino administrativo que va desde Bruselas hasta los beneficiarios, con la Bolsa noqueada, con el dólar chuleándole la paridad al euro… Con, a pesar de ello, Alemania inmersa en un inusitado déficit comercial, etc, etc., la cosa pintaba aún peor.
El dato de España sorprende positivamente, aunque su cumplimiento exige que los dos trimestres centrales sean extraordinarios, tras un primero decepcionante y un último que se nos va a atragantar. El turismo se presenta -una vez más- como la gran esperanza para sostener la actividad. Si nos salva la demanda hasta el otoño, podremos respirar aliviados. Así que, por si acaso, inundaría Europa de carteles con el entusiasta mensaje de Pepe Álvarez animándoles a que disfruten a tope de las vacaciones, se vengan a gastar aquí y se vayan a hacer puñetas allí quienes traten de impedirlo.
Tras los turistas, tendrían que ser los ansiados fondos europeos quienes cogiesen el relevo, pero cada día se entiende peor la realidad de que hemos invertido muchas palabras para llenar muchos discursos y para tener pocos dineros invertidos en su destino final. Las distintas administraciones concernidas -sin duda demasiadas en número y todas lentas en su funcionamiento- deberán espabilar mucho si quieren que sus efectos positivos los notemos antes de finales de año.
Lo que carece de enmienda es la inflación. Europa batirá su récord histórico este año y mantendrá guarismos excesivos en el siguiente. Según la UE, España lo seguirá haciendo un poco peor que la media. Como Pedro Sánchez asegura que el responsable de todo ello es Putin, será que nos tiene más manía a nosotros que a nuestros vecinos. ¿Hemos requisado más yates y ocupado más mansiones de los oligarcas? No creo.