IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

Hace tiempo que la política se ha convertido en un espectáculo y nunca ha sido más cierto que ahora aquello de que «gobernar es entretener». Inmediatamente a continuación es obligado reconocer que el presidente Sánchez es un auténtico maestro en esto de hacer que se hace y de decir que se dice. Ayer tuvo ocasión de repetir función de gala. Convocó a grandes representantes empresariales, a los principales líderes sindicales y a un nutrido grupo de personalidades de eso que se llama la sociedad civil en la que no faltaron actores, escritores y celebrities.

¿Cuál era el motivo? Pues recibir ideas no, porque allí solo habló él. Darlas quizás, pero presentar sus planes tampoco, aparte de algunas obviedades modernas que antes se resumían con un «aupa muchachos» y ahora se adornan con palabras tan recurridas como la resiliencia y la sostenibilidad.

Dijo que «si España quiere, España puede». Se refería a salir de la crisis y es obvio que España quiere hacerlo y es posible que pueda hacerlo. Yo diría que sí. Pero se le olvidó decir qué es lo que debemos hacer para salir de esta. Usted y yo ya lo sabemos y lo que no está tan claro es que España esté dispuesta a hacer lo que hay que hacer.

La clase política no ayuda nada a resolver las grandes incógnitas. Sánchez repitió ayer -lo hizo antes con ocasión de la cumbre de Bruselas- que va a presentar un plan de reconstrucción para canalizar las ayudas de la UE y que elevará dos puntos el crecimiento del PIB español en el largo plazo. Podría haber aprovechado la ocasión para concretar sus intenciones, pero al parecer no estamos aún en eso. ¿Se acuerda usted del anterior plan de reconstrucción que, con gran boato y alarde de participantes, se diseñó en el Congreso bajo la atenta presidencia de Patxi López? ¿Qué habrá sido de él? Digo del plan, porque Patxi supongo que estará regresando de sus vacaciones. Pues nada, nadie se acuerda, a nadie inspira, para nada sirve. Ahora hay que hacer otro. ¿No es esto entretener al personal, haciendo que se hace para olvidar mañana lo que dijimos ayer que íbamos a hacer?

Luego pidió a todos que arrimen el hombro. Perfecto, pero ¿para tirar de qué carreta? ¿De verdad espera que el PP le ayude a aprobar unos Presupuestos elaborados con/por Podemos y/o ERC?¿Por qué pide lo que él no da y sabe que los demás no pueden darle en las condiciones que plantea? Conocemos bien el resultado de este lamentable jueguecito: basta con recordar que las Cuentas públicas actuales son las hechas por Cristóbal Montoro, allá en el lejano 2018.