- ¿Corre riesgo de muerte el periodismo por el auge de youtubers, tiktokeros y twitcheros o estamos cayendo, por enésima vez, en el adanismo adolescente de los populismos?
1.Este artículo podría tener un solo punto que dijera «porque Ibai no es periodista y no hace periodismo; es comunicador y hace entretenimiento«. Pero vamos a elaborar el argumento.
2. El periodismo ya ha vivido esto antes. Cuando nació la radio, muchos vaticinaron que la prensa desaparecería en cuestión de una década. La deducción parecía razonable. ¿Cómo iba un texto escrito a competir con la inmediatez de un locutor de radio? ¡Imposible!
3. Cuando apareció la televisión, se auguró la muerte de la prensa… y de la radio.
4. ¿Nadie recuerda la canción Video Killed the Radio Star? Habla de ello.
5. Cuando apareció internet se vaticinó la muerte de, literalmente, todo: la prensa, los libros, las revistas, la radio, la televisión, los vinilos, el cine, las tiendas físicas, y hasta de la democracia tal y como la conocemos.
6. Se venía la sociedad del futuro. Una democracia asamblearia mundial en la que talibanes, chinos, americanos y japoneses votarían al alimón y en armonía a un primer ministro planetario. Un plan sin fisuras.
7. Llegó el internet 2.0 de las redes sociales y el batallón de muertos vivientes se amplió a los blogueros y a cualquiera que hubiera medrado en el internet 1.0. Porque no ha habido novedad tecnológica o comunicativa que no haya sido recibida como el meteorito exterminador que daría paso a un mundo nuevo.
8. En realidad, seguimos en el punto anterior, el de la web 2.0. Pero la aparición de nuevas redes sociales (TikTok, Twitch y varias aplicaciones de mensajería chinas como Weixin y QQ) ha vuelto a traernos el habitual anhelo milenarista de la muerte del viejo mundo y su sustitución por uno a estrenar.
9. Un mundo en el que un puñado de emprendedores, trabajando desde su casa en pijama y a coste prácticamente cero, derribarán, gracias a su éxito entre los chavales de doce años, las grandes instituciones y empresas políticas y mediáticas occidentales. Es decir, el sistema.
10. Es el pensamiento, efectivamente, de un niño de doce años macerado en unos cuantos litros de zumo conspiracionista y media docena de frases de Ayn Rand sacadas de contexto.
11. El revuelo de esta semana no tiene ningún secreto. ¿Por qué estaban los medios franceses en la presentación de Lionel Messi y no los españoles? Porque ahí el que decidía era el PSG.
12. ¿Por qué estaba Ibai y no los medios españoles? Porque ahí el que decidía era Messi.
13. Que Messi prefiera conceder una entrevista a un twitchero en vez de a un periodista no tiene mayor misterio. Es una tendencia del fútbol de los últimos años. Los jugadores se aíslan cada vez más de la prensa porque prefieren evitar preguntas incómodas y porque ya no dependen de esta para promocionarse.
14. Ya no dependen de esta… cuando están al nivel de Messi. Un jugador recién llegado a Primera División hará todo lo posible por conseguir la atención de los medios tradicionales.
15. En cierta manera, es un fenómeno que se intuye ya en otros terrenos como el de la política. Lo hablábamos hace poco en la redacción de EL ESPAÑOL. A las reuniones de redacción de los periódicos de los años 80 los periodistas llegaban con media docena de noticias con posibilidades de abrir el diario a cinco columnas.
16. En 2021, un buen día es ese en el que cuentas con una sola de esas noticias. ¿Por qué? Porque en los años 80 el acceso de los periodistas a la sala de máquinas de la política era inmediato. Se trataba de un mundo más inocente, con menos mediadores.
17. Hoy, los políticos están mucho más protegidos. Y han aprendido a relacionarse con el periodismo y a contar sólo aquello que quieren contar. ¿Quiere eso decir que se han secado las fuentes del periodismo? No. Sólo han cambiado las tácticas de ataque.
17. El periodismo se ha vuelto más complicado hoy y acceder a determinados personajes es más difícil que nunca. Pero Ibai no supone mayor riesgo para Messi. Primero, porque Ibai no es periodista, sino entertainer. Segundo, porque su público son niños y adolescentes, no adultos.
17. Ibai no compite con el periodismo. Su lenguaje es 100% televisivo. Compite con la televisión y con otros twitcheros como él. Compite, en el mejor de los casos, con el entretenimiento, no con el periodismo. Su rival es Broncano, no Juanma Castaño.
18. ¿Ha robado Ibai un solo lector a los diarios? ¿Cuántos de los seguidores de Ibai estaban suscritos al ABC y han decidido darse de baja «porque Ibai hace lo que hace el ABC, pero mejor»?
19. Pero claro, el razonamiento no es ese. El razonamiento es «Ibai está captando a los que van a ser los lectores del futuro y el periodismo no». Pero esa idea también es absurda. ¿En qué época de la historia los niños de doce años han comprado y leído el diario? ¿Era el éxito de Mortadelo y Filemón una señal de que el periodismo iba a morir por no adaptarse al lenguaje del cómic?
20. Creer que Twitch o YouTube o TikTok van a acabar con la prensa, los libros o la televisión es no entender que los nuevos formatos no han erradicado jamás a los viejos. Sólo les han obligado a adaptarse. Y todos ellos han acabado encontrando su nicho.
21. Lo que sí ha cambiado internet es la percepción del valor de la información promoviendo la idea de que hay determinados productos que deben ser gratuitos porque «cualquiera puede hacerlo y si cualquiera puede hacerlo es que su valor es cero».
22. Sólo haría falta un mes, un solo mes sin medios de comunicación tradicionales, para desmontar esa idea. Veríamos entonces de qué se alimentaban youtubers y twitcheros.
23. El gran error del periodismo ha sido permitir que su paupérrima autoconfianza le convenciera de que el parásito (las redes sociales) iban a acabar con el huésped.
24. Y por eso el periodismo A) ha regalado gratis su producto durante tantos años, un error que ahora está pagando con creces, y B) ha dado cancha en sus páginas a las idioteces de las redes sociales, regalándoles ese marchamo de legitimidad que sólo la prensa (la verdadera, la de papel) puede conceder.
25. Creer que los niños de hoy seguirán consumiendo TikTok cuando tengan 35 años y una hipoteca equivale a creer que la izquierda ganará las elecciones con el 80% de los votos en unos pocos años porque los quinceañeros de hoy secundan todas las modas ideológicas progresistas del momento. ¿Seguirán secundando esas modas cuando llegue el primer hijo, la segunda declaración de la renta y la tercera multa de tráfico?
26. Mucho más probable es la opción contraria. Que sea Ibai el que con el tiempo, y a la vista de la volubilidad y lo efímero del mercado de las redes sociales, acabe trabajando para medios tradicionales o con fórmulas de patrocinio muy similares a las de cualquier programa de televisión al uso. Ya está en ello, de hecho.
27. Vamos a dejar de lado el hecho de que el modelo económico de las redes sociales es el de una reducidísima clase alta de millonarios que apenas dan trabajo cada uno a media docena de personas. Una clase alta que descansa sobre una paupérrima clase media que a duras penas se mantiene a sí misma y una gigantesca clase baja de desconocidos sin mayor repercusión ni beneficio. El modelo social indio, en definitiva: palacios rodeados de cientos de miles de chabolas.
28. Evidentemente, el espejismo es muy atractivo. Permite que muchas personas sueñen con hacerse millonarias dedicándose a su hobby, generalmente relacionado con los videojuegos, disfrutando de una libertad y una independencia absolutas.
29. Es una fantasía como cualquier otra. Un simple vistazo al canal de un youtuber de éxito cualquiera permite atisbar docenas de patrocinios comerciales escondidos por aquí y por allí. La dependencia de esos patrocinios no es menor en el caso de esos youtubers que la de los medios tradicionales respecto a la publicidad o los suscriptores.
30. En cualquier caso, el punto clave es la sostenibilidad. Un solo medio de comunicación da trabajo a cientos de personas y permite a estas, con mayor o menor probabilidad de éxito, desarrollar una carrera profesional a largo plazo. Es decir, una vida. Las redes sociales concentran toda la riqueza en un puñado de superestrellas multimillonarias sujetas a los caprichos de un mercado voluble y caótico y sin parámetros claros. Creer que ese modelo es exportable a toda la sociedad es puro wishful thinking.
31. Es como apostarlo todo a que tu hijo sea Messi. Pero sin la posibilidad de que sea el Chimy Ávila. O Messi o la nada (conviene leer a Jaron Lanier al respecto).
32. Ni siquiera respondo al argumento de que Ibai acabará con el periodismo deportivo. Ni el propio Ibai se considera a sí mismo periodista deportivo. Quien crea que lo que hace Ibai es una versión mejorada y actualizada de lo que hace el periodismo deportivo, que mire dos veces.
33. Ibai hace muy bien lo que hace y ha encontrado un nicho de mercado tremendamente lucrativo, aunque improductivo más allá del estricto círculo de sus colaboradores más cercanos.
34. Ibai es un francotirador, efectivamente. Extraer conclusiones generalistas a largo plazo de eso equivale a vaticinar el clima, un sistema caótico, a cincuenta años vista: un ejercicio de especulación basado más en la fe y los intereses personales que en la información disponible, siempre menos apocalíptica de lo que muchos desearían.