- ¿Cuánto están dispuestos a seguir pagando los generosísimos donantes de Haley para mantener su candidatura con vida?
Los analistas políticos cada vez entienden menos a Nikki Haley. La única persona que sigue empeñada en disputar la hegemonía de Donald Trump en la bancada conservadora no sólo ha firmado este fin de semana su cuarta derrota consecutiva en las primarias del Partido Republicano.
También ha firmado su cuarta derrota de cuatro (pleno) y la ha firmado, además, en Carolina del Sur. El estado del que fue gobernadora durante años y, por lo tanto, su «casa» en terminología política.
Si no ha conseguido ganar ahí, sostienen los analistas, ¿por qué insiste?
La pregunta no es fácil de contestar, ya que las implicaciones que puede tener para su futuro político seguir encarándose con Trump no son halagüeñas. Pero hay dos elementos que pueden arrojar algo de luz sobre la cuestión.
En primer lugar, se encuentra ese concepto llamado medio plazo. Mucho se habla, y con razón, de la edad de Joe Biden. Pero Trump no anda muy lejos. Este verano cumplirá 78 años, los mismos que tenía el propio Biden cuando llegó a la Casa Blanca, y ya empieza a tener su propia colección de gazapos.
«Próximamente se sabrá qué pasa con lo del dinero que recibió una actriz porno en 2016 para que no contara el lío que, supuestamente, mantuvo con Trump»
Trump ha confundido Hungría con Turquía y a la propia Haley con la congresista Nanci Pelosi, por citar dos ejemplos que de momento no superan la categoría de anécdota, pero que si se empiezan a amontonar podrían suponer un hándicap frente a un electorado que lleva años acusando a Biden de ser un anciano demasiado senil como para ocupar cualquier cargo de relevancia.
Y luego están, claro, los líos judiciales.
Por lo pronto, un juez de Nueva York le ha obligado a pagar 450 millones de dólares tras detectar chanchulleo en algunas de sus operaciones inmobiliarias, y un jurado de Manhattan ha dicho que tiene que pagar 83 millones de dólares a la escritora E. Jean Carroll por difamarla después de que esta le acusara de violación.
Próximamente se sabrá, también, qué pasa con lo del dinero que recibió una actriz porno en 2016 para que no contara el lío que, supuestamente, mantuvo con Trump. Qué pasa con los papeles que no se debería haber llevado y que se llevó de la Casa Blanca tras perder las pasadas elecciones. Y qué pasa, sobre todo, con las acusaciones de haber intentado revertir el resultado de dichos comicios.
En ese caldo de cultivo se encuentran las esperanzas de Haley, quien por otro lado (he aquí la segunda clave que ayuda a entender por qué mantiene el pulso) sigue pudiendo permitírselo.
Y es que continúa recibiendo dinero. Mucho dinero. El mes pasado, y pese a los varapalos en Iowa y Nueva Hampshire, su campaña recaudó casi diez millones de dólares frente a los casi nueve conseguidos por la gente de Trump, y un comité independiente favorable a la causa (los famosos PAC) recaudó otros seis en donaciones individuales que superaban los 100.000 dólares.
«Algunas encuestas sugieren una derrota de Trump frente a Biden y, al mismo tiempo, una derrota de Biden frente a cualquier alternativa republicana mínimamente moderada»
Una tendencia que se vio confirmada este domingo, cuando, tras su derrota en Carolina del Sur, ingresó un millón de dólares en donaciones para empezar a preparar el Súper Martes, la fecha en la que se celebrarán primarias en quince estados diferentes, que este año tendrá lugar el 5 de marzo.
Como suele suceder en estos casos, es difícil saber con exactitud quién está detrás de los billetes. No obstante, los nombres que han salido a relucir apuntan a multimillonarios de Silicon Valley, empresarios estrechamente vinculados a Wall Street y magnates del petróleo próximos a la familia Bush.
Gente francamente poderosa que piensa que antes o después, de una manera u otra, Trump la va a pifiar frente a Biden garantizando una nueva victoria del Partido Demócrata. Que piensa, en fin, que más vale evitar un duelo de ancianos. Máxime cuando uno de ellos tiene varios juicios por delante.
El argumento puede sonar paradójico, dado el inmenso apoyo que sigue teniendo Trump entre las bases de su partido. Pero encuentra sostén en algunas encuestas que han sugerido una derrota de Trump frente a Biden y, al mismo tiempo, una derrota de Biden frente a cualquier alternativa mínimamente moderada (y significativamente más joven) presentada por el Partido Republicano.
La pregunta es cuánto están dispuestos a seguir pagando los generosísimos donantes de Haley para mantener dicho argumento con vida.
*** Borja Bauzá es periodista.