- La sustitución de Iñigo Urkullu por un ‘maketo’ supone una novedad en la tradición de un PNV que siempre ha valorado la mística de los apellidos eusquéricos.
Por esa capacidad congénita del Partido Nacionalista Vasco de engañar a todo el mundo, nos ha hecho creer que su órgano directivo (o sea, el Euskadi Buru Batzar, presidido por Andoni Ortuzar) ha echado a Iñigo Urkullu como candidato para las próximas autonómicas, y que ha puesto en su lugar a un tal Imanol Pradales Gil.
Y la mayoría de los medios se lo ha tragado.
El pobre Urkullu sería así la víctima de un partido inmisericorde que pone «la felicidad de los vascos» (esta expresión la utilizó Ortuzar el otro día) por encima de todo lo demás.
Para empezar, es mentira que esa decisión la haya tomado el EBB al margen de Urkullu. Entre otras razones, porque todos los que dirigen el EBB, empezando por el propio Ortuzar, están ahí por Urkullu, que los llevaba en su equipo cuando accedió al poder del PNV a finales de 2007. Eran los llamados jobuvis: jóvenes burukides vizcaínos.
Así que todo eso de la bicefalia del PNV es un paripé. Y, además, el elegido (dedazo donde los haya que ahora se disfrazará con un proceso de elección entre las bases) es una especie de clon de Urkullu, hasta en la apariencia física.
Pradales fue alumno suyo en EGB, cuando el actual lehendakari era maestro en una ikastola de Portugalete. Luego lo llamó para que organizara uno de los apartados del cónclave Think Gaur, donde se definieron las bases ideológicas de sus tres mandatos.
Justo ese mismo año, en 2008, con 33 años, lo sacó de la Universidad de Deusto, donde daba clases, para que dirigiera uno de los múltiples chiringuitos del PNV financiado con dinero público, llamado Bizkaia Talent, donde no sabemos muy bien a qué se dedicó.
De ahí, José Luis Bilbao, otro jobuvi, presidente de la todopoderosa Diputación Foral de Bizkaia, se llevó a Pradales en 2011 para que dirigiera uno de sus departamentos.
Y allí ha continuado hasta hoy.
Lo importante es que Imanol Pradales procede de la margen izquierda de la ría de Bilbao, antaño feudo socialista y hoy nacionalista (salvo el bastión de Portugalete, que todavía regenta el PSE).
El único, ya que Baracaldo (ahora Barakaldo), Sestao y la ahora llamada Santurtzi (la Santurce de toda la vida, donde nació Pradales) están ya en manos del PNV, gracias a una intensa labor de proselitismo, clientelismo y subvenciones que sólo está al alcance, en el País Vasco, del PNV y de EH Bildu.
«Supondría una revolución para el tabú de la tradición nacionalista que un candidato con apellidos castellanos llegara a ser lehendakari»
Los demás partidos, en particular PSE-EE y PP, no son capaces de trabajar así sus bases. El terrorismo ha tenido mucho que ver, sí. Pero también la labor constante desde sus resortes institucionales de los dos partidos nacionalistas. Resortes que llevaron a los padres de Pradales a introducirlo en el nacionalismo, en el que ellos militaban, para que asumiera los valores culturales de esa ideología mediante el vaciado de la identidad originaria y el llenado de la nueva con euskera, traineras y vida de batzoki.
Pero ¿por qué Pradales, nacido en 1975, supondría una revolución en la tradición nacionalista si consiguiera ser lehendakari en las próximas autonómicas? Por un dato que nadie se atreve a considerar. En el País Vasco porque es tabú, y en el resto de España porque no se entendería.
A saber, el de sus apellidos castellanos.
O sea, que es maketo.
Sería la primera vez que habría por parte del PNV un lehendakari maketo, sin apellidos eusquéricos, sin pedigrí de pata negra vasco. Muchos nacionalistas despreciaron a Patxi López justo por eso.
Esta ley no escrita, asentada como una losa en la cultura nacionalista, sólo se empezó a romper por el lado de la izquierda aberzale, aunque muy tímidamente. Ha habido terroristas sin apellidos, y hoy el secretario de Sortu es Arkaitz Rodríguez Torres. Pero siempre han estado tapados, en papeles secundarios o haciendo bulto.
Y eso que las personas que en el País Vasco no tienen sus dos primeros apellidos eusquéricos son más del 50% de la población. Y que hay más personas en el resto de España con algún apellido eusquérico que dentro del País Vasco, incluida Navarra. Pero en el País Vasco, la mística del apellido eusquérico hace que quien no lo tiene, que es la mayoría, sea visto, tanto dentro como fuera, como vasco de segunda.
Así es que cuando los primeros nacionalistas empezaron a propagar sus ideas, y como entonces no les estaba permitido hablar de independencia en público, por lo único que se les distinguía de todos los demás era por despotricar de los maketos.
Sabino Arana se hartó de hacerlo en los cinco primeros años de su vida política. Y si aparcó esa costumbre, a partir de 1898 concretamente, fue por dos poderosas razones.
«Si los resultados no son los esperados, no sería de extrañar una rebelión de nacionalistas patanegra ante la elección de un maketo»
La primera fue que quien le empezó a financiar, posibilitando su elección como diputado provincial de Bizkaia, fue el industrial Ramón de la Sota, a quien Arana había machacado antes como maketo. Y la segunda, y esta es la mejor, porque en 1899 su hermano Luis, a quien incluso Sabino había convertido en precursor del nacionalismo, se había ido a vivir al País Vasco francés.
Y es que Luis, en Barcelona, donde residió la familia Arana unos años, tuvo en 1893, justo antes de volver a Bilbao, un hijo con la criada. Pero les mantuvo ocultos, sin casarse con la madre siquiera, en el pueblo de origen de ella, Urrea de Jalón, provincia de Zaragoza.
Luis Arana no se casó con Josefa Alejandra Englada Hernández hasta el 3 de diciembre de 1898 en Foronda, cerca de Vitoria, y después le cambió los apellidos. Sabino no supo nada de todo esto hasta 1900, cuando conoció por primera vez a su cuñada y a su sobrino.
De haberlo sabido, es probable que el PNV no hubiera existido siquiera.
Que no digan que los apellidos nunca fueron importantes en el PNV. Por eso la elección de Imanol Pradales Gil como lehendakari es completamente revolucionaria en la trayectoria del PNV.
Todos los demás casos (José Ángel Cuerda, alcalde de Vitoria tantos años, el actual diputado general de Álava, Ramiro González, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban Bravo) son anecdóticos comparados con un lehendakari maketo del PNV.
Hasta tal punto esto es así que no me extrañaría nada una rebelión de nacionalistas patanegra ante esta elección, si los resultados no son los esperados.
*** Pedro Chacón es profesor de Historia del Pensamiento Político en la UPV/EHU.