Juan Ramón Rallo-El Confidencial

  • Si los precios de la electricidad se estabilizan, las tasas de inflación de ambos países tenderán a igualarse a lo largo del presente año 

En el último artículo, traté de explicar por qué, en términos generales, es improcedente culpar a un Gobierno nacional de la eurozona de la alta inflación que estamos experimentando: la inflación es un fenómeno monetario (Banco Central Europeo) y fiscal (‘conjunto’ de gobiernos de la eurozona), y en ocasiones podría ser incluso un fenómeno monetario y fiscal ‘importado’ (exceso de gasto agregado en el conjunto de la economía mundial que eleva los precios de algunos bienes). No es algo, pues, que sea controlable por un único Gobierno nacional en Europa. 

Sin embargo, los datos de inflación de España en el mes de marzo parecerían cuestionar este argumento: nuestro país tiene una tasa de inflación interanual del 9,8% mientras que la de nuestro vecino Portugal es de apenas el 5,3% (casi la mitad). ¿Cómo no va a deberse este enorme diferencial de inflación a la distinta gestión de los gobiernos español y luso? Pues tampoco. 

Empecemos constatando un dato que ha copado menos titulares de prensa que el anterior: la inflación subyacente de España en marzo fue del 3,4% y la de Portugal… del 3,8%. Es decir, que todo el diferencial de inflación entre ambos países se explica por el componente energético o por el de los alimentos no elaborados. Dado que no tenemos todavía datos desagregados del mes de marzo, recurramos a los de febrero que ya expresaban una imagen similar. 

Hasta febrero, los precios de la electricidad se encarecieron en España un 80,5% mientras que en Portugal solo un 5,6% 

En febrero, la tasa de inflación de España fue del 7,6% mientras que la de Portugal fue del 4,4%. Si eliminamos el componente energético de ambas tasas generales, la inflación se reducía en ambos países al 3,4%. Por ende, está claro que el culpable de la brecha es específicamente la energía. Pero ¿qué parte de la energía? La tasa de variación de los precios del gas natural en España fue del 12,1% y en Portugal del 9,1%: tres puntos de diferencia en un componente difícilmente pueden explicar más de tres puntos de diferencia en la evolución del índice general. ¿Y los carburantes? En España se encarecieron un 26,8% y en Portugal un 22%: nuevamente, casi cinco puntos de diferencia podrán ser una divergencia notable para un único epígrafe (probablemente explicable porque el impuesto sobre hidrocarburos es más alto en Portugal y, al ser un impuesto fijo, suaviza las fluctuaciones del precio total debidas a la parte variable de los costes), pero no permite explicar la brecha en el índice general.

¿Qué nos queda entonces? La electricidad: hasta febrero, los precios de la electricidad se encarecieron en España un 80,5% mientras que en Portugal solo un 5,6%. Y, dado que la electricidad pesa en el IPC español alrededor del 4%, 75 puntos de diferencia en la evolución de los precios de un epígrafe sí permiten explicar alrededor de tres puntos de diferencia en el índice general. 

Pero, si los precios de la electricidad se estabilizan, las tasas de inflación de ambos países tenderán a igualarse a lo largo del presente año 

¿A qué se debe esta dispar evolución del precio de la electricidad? Por un lado, a que en Portugal prácticamente todos los hogares están acogidos a contratos eléctricos de revisión anual (en España, menos de dos tercios), de modo que la actual subida de precios eléctricos en el mercado mayorista todavía no les ha afectado (pero sí les irá afectando a lo largo de este año). Por otro, porque aparentemente el INE español toma el PVPC como referencia de los precios de la electricidad para el conjunto del país y el PVPC es una tarifa vinculada diariamente a las fluctuaciones de precios del mercado mayorista. Es decir, que en España ya hemos reflejado en las estadísticas toda la subida de precios en el mercado mayorista, mientras que en Portugal todavía no han reflejado ninguna. Pero, si los precios de la electricidad se estabilizan, las tasas de inflación de ambos países tenderán a igualarse a lo largo del presente año. 

Por tanto, no, tampoco cabe culpar al Gobierno socialista de que España, de momento, tenga una tasa de inflación mucho más alta que la de Portugal. Como ya dije, hay suficientes asuntos graves de los que responsabilizarle como para tener que retorcer los argumentos.