Daniel Portero, LA RAZÓN, 4/1/12
El documento interno de los terroristas deja al descubierto el doble juego del Gobierno de Zapatero que las víctimas siempre hemos denunciado. Con ETA no hay nada que negociar, salvo la entrega de las armas, el reconocimiento de todo el mal causado, que ha sido mucho y muy doloroso, y el ineludible perdón a todos los que han sufrido en primera persona su actuación desalmada. «La intensidad de la represión ha decrecido», se jactan los terroristas, una constatación que deja en muy mal lugar la política antiterrorista entonces en manos de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Ahora me explico, sin ir más lejos, por qué la Guardia Civil no recibió órdenes de pasar a la acción pese a tener tres pisos de ETA localizados en Francia desde principios de octubre del año pasado. Resulta imposible entender cómo el Gobierno socialista fue capaz de volver a negociar por un puñado de votos después del gran fiasco de la tregua desbaratada por el atentado de la T-4.
Ahora entiendo, también, que la macromanifestación a favor de los presos de la banda del próximo 7 de enero en Bilbao fuese convocada el 21 de octubre del pasado año, sólo cinco días después de que ETA fechara su informe. En el documento queda claro cuál es el espíritu que anima esa concentración: una demostración de fuerza del colectivo de reclusos etarras para recordar su protagonismo en cualquier proceso de negociación. No hay que olvidar que las dos prioridades de los terroristas son la amnistía de sus presos, precedida de su acercamiento a cárceles del País Vasco, y la equiparación de las víctimas del terrorismo con las propias víctimas de los asesinos. El Gobierno de Rajoy no debe caer en el fatal error de sus antecesores y tiene que mantener su firmeza en la defensa de la ley y del estado de Derecho. Con eso nos conformamos las víctimas.
Daniel Portero, LA RAZÓN, 4/1/12