EL MUNDO – 29/05/16
· Los antisistema sólo cederán si se desobedece el techo de déficit del 0,7%, se deja de pagar la deuda y se anulan las privatizaciones.
· La CUP está dispuesta a tensar la cuerda hasta el final con el Govern para forzarle a acelerar la desconexión con España.
· Tal y como había advertido durante semanas, la formación antisistema dará un portazo a los presupuestos de la Generalitat al considerarlos alejados de la ruptura con el resto del Estado y presentará una enmienda a la totalidad a unas cuentas que el Govern deberá ahora rehacer a contrarreloj para satisfacer a la CUP o bien dejarlas congeladas.
El Consejo Político y Grupo de Acción Parlamentaria de la CUP aprobó ayer por mayoría llevar adelante una estrategia que llega con preaviso. La izquierda independentista ha advertido durante semanas de que los presupuestos de Junqueras no suponían ningún avance hacia la independencia catalana. Tras anunciar su rechazo, el siguiente paso de los antitsistema será forzar al Govern a desacatar de forma más explícita al Gobierno central y a las instituciones del Estado. Según explicitaron ayer, ahora esperan «una nueva propuesta más desobediente con el Estado y obediente al Parlament y a la declaración soberanista del 9-N».
El portazo sitúa a Junts pel Sí (JxSÍ) –la coalición formada por CDC y ERC– en una situación de extrema fragilidad parlamentaria. El Parlament tiene previsto celebrar un debate monográfico sobre los presupuestos el próximo 8 de junio. Con el resto de partidos de la oposición en contra de sus planes, Oriol Junqueras debería contar para ese día con unas cuentas que se ajusten a todas las exigencias de la CUP. En caso contrario, como parece más probable, podría acudir con las manos vacías y prolongar las del año pasado.
Todos los esfuerzos que ha hecho Junqueras hasta ahora para convencer a los antisistema han sido infructuosos.
Ni el aumento del gasto social en 875 millones de euros ni los aproximadamente 100 millones que promete destinar a la construcción de las denominadas«estructuras de Estado», como la Hacienda propia o el Departamento de Exteriores, han sido suficientes. La CUP no está dispuesta a seguir dando sus votos al Govern si a cambio no dan pasos agigantados hacia la independencia.
Su lista de peticiones es larga y difícil de asumir por el Govern de Carles Puigdemont. La CUP exige al Ejecutivo catalán que desobedezca el tope de déficit determinado por el Gobierno –fijado en el 0,7% para todas las comunidades autónomas–; ignore la suspensión por parte del Tribunal Constitucional (TC) de las leyes aprobadas por el Parlament; y que deje de pagar la deuda y los intereses. También añaden que se estudie revertir las privatizaciones hechas durante las legislaturas de Artur Mas y los recortes a los servicios sociales ejecutados en los años de austeridad. En caso contrario «no creemos que sean unos presupuestos independentistas y sociales», dijo ayer la diputada de la CUP Eulàlia Reguant.
Los antisistema trataron de calmar los ánimos entre los sectores soberanistas que les acusan de acelerar el final de la legislatura con su desplante a JxSí. «Aquí no se acaba nada», dijo Reguant, quien negó que quieran «cargarse» al actual Govern. Para evitarlo, llamó a mejorar unos presupuestos «insuficientes» que cree que no incluyen «ninguna o casi ninguna» de las peticiones de la CUP.
Pese al daño que supone al proyecto del Govern la negativa de la CUP, las únicas reacciones que suscitó ayer su postura se vieron a través de dos mensajes en la red social twitter por parte de ERC. El diputado republicano en el Congreso Joan Tardà aseguró estar «convencido de que Puigdemont, Junqueras y la CUP no permitirán prorrogar los presupuestos porque sería prorrogar el proceso. Negociad y adelante». Le respondió el vicepresidente del Govern y quien está obligado ahora a buscar una salida a la situación. Junqueras se limitó a apuntar: «Muy de acuerdo, amigo Tardà».
EL MUNDO – 29/05/16