PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA-El Correo
- Osakidetza deja de confirmar todos los positivos que se obtengan con los test de farmacia
Ayer se dio la conjunción astral en el cielo misterioso de la cogobernanza. El fenómeno fue prodigioso pero simbólico, interpretable, porque la cogobernanza no es como se sabe un sistema práctico, sino uno poético. Por eso la gente de ciencia no entiende nada. Aficionados. Para obtener la interpretación correcta del misterio es necesario escucharnos a nosotros, los hechiceros conceptuales.
Así que escúchenme: la del alba sería cuando en la Ser Pedro Sánchez le anunció ayer al país que va llegando el momento de tratar el covid como a la gripe común. Poco después, en la comisión de Salud del Parlamento vasco, Gotzone Sagardui anunció que a partir de ahora el vasco que dé positivo por covid en un test de farmacia deberá aislarse y solo contactar con Osakidetza si es un paciente de riesgo, necesita la baja laboral o se encuentra mal de un modo preocupante.
¿Lo notan? La política pandémica entra en la constelación gripal. Sigan el vuelo de esas palabras. Cierto que es la clase de paso que debería explicarse de un modo claro y argumentado, es decir, como si el ciudadano fuese mayor de edad. Pero debemos adivinar el destino en las entrañas del globo sonda. Es más divertido, pero genera dudas. Por ejemplo, cómo va a seguir la Administración certificando, organizando y exigiendo inmunidades si deja de registrar la inmunidad naturalmente adquirida por quienes pasen la enfermedad sin contactar con la Administración. Si el modelo va a ser el de la gripe, nunca existió el pasaporte gripal, ni la obligación de llevar nada en la cara a causa de la gripe.
Confío en que podamos encontrar alguna respuesta clave en la trayectoria de las bolas que lance Djokovic en el Open de Australia ahora que lo ha liberado un juez llamado Anthony, justo como les pasó a Jesús y Espartaco. Lo que haga el tenista serbio en Melbourne es al parecer de gran importancia en términos pandémicos y por eso atendimos ayer a la rueda de prensa que dio su familia entre trofeos y un busto del muchacho. Miren, si dan estos días positivo en un test de antígenos, aprovechen que ya no tienen que llamar al centro de salud para llamar a sus padres. Y pídanles explicaciones: «¿Puede saberse por qué vosotros no tenéis un busto mío en casa?».
GOBIERNO
Maltrato laboral
Pedro Sánchez negó ayer tres veces a Alberto Garzón y Yolanda Díaz no tuvo más remedio que intervenir. Con los cuidados. Cuidado con la coalición. Cuidado con las palabras. «La verdad es que somos todos de cuidado», podría haber añadido. Lo que menos se entiende es lo de las palabras, ya que, tras la entrevista famosa de Garzón en ‘The Guardian’, cada palabra que ha salido del Gobierno ha estado dicha, no ya con cuidado, sino con cálculo de ‘spin doctor’. El estratega del PSOE ha decidido sacrificar a Garzón y el de Podemos vender que todo es un bulo de la derecha. Pero debo decir que a mí eso me da igual. A mí me preocupan los riesgos laborales. Es tan clamoroso el modo en que Sánchez humilla a Garzón -que no será de su partido, pero sí es su ministro- que Yolanda Díaz debería intervenir como responsable de Trabajo. Ese jefazo maltratando así a un subordinado. Es ‘mobbing’, hombre. Como un castillo.
FRANCIA
Espejo roto
Macron anunció lo de fastidiar a los antivacunas y los antivacunas aceleran en lo de amenazar a los diputados de Macron. Francia es un país cartesiano. También uno original. Lo último ha sido una especie de lapidación con algas a un diputado en el archipiélago de San Pedro y Miquelón. En París hay menos exotismo y los diputados del Gobierno reciben sin más amenazas de muerte. Asombra el modo en que la violencia se incrusta en el ambiente de países que, no solo son nuestros vecinos, sino que son también los que nos sirven como espejos.