HERMANN TERTSCH – ABC – 19/08/16
· Era muy alarmante que, como alternativa a partidos anquilosados surgiera una fuerza nada menos que comunista.
España no tiene gobierno y, se ofenda o no a los españoles con unas elecciones el día de Navidad, no va a tener un gobierno sólido en mucho tiempo. Entramos en un periodo de inestabilidad que será largo y si no se dan algunos imprevistos sorprendentemente favorables, lo previsible es que nuestra vida en común en un futuro sea peor y más peligrosa.
Lo cierto es que el hundimiento de la calidad de la política española y del propio trato humano en la misma, angustioso desde hace tiempo, toca ya un fondo cenagoso en el que no hace falta caer más para que la parálisis en la impotencia, descomposición y desprestigio definitivo. Posados en el lodo. Es cuando se ponen en marcha las consecuencias de ese deterioro que la política noble tiene la obligación de evitar. Que son la coacción, la amenaza, la violencia y el colapso de la legalidad y las instituciones.
El primer indicio que de andábamos cerca de ello fue la irrupción espectacular en el escenario político de Podemos. Era muy alarmante que, como alternativa a partidos anquilosados, corruptos y faltos de ideas surgiera una fuerza nada menos que comunista, financiada e inspirada por regímenes totalitarios, corruptos y moralmente despreciables.
Lo cierto es que a cinco millones de españoles les pareció bien una opción política probadamente vinculada a gobiernos que practican todo lo contrario a lo que dice defender su franquicia en España. Hoy sabemos que sus dirigentes medraron profesional y económicamente de esas dictaduras y de todo el mundo izquierdista latinoamericano vinculado de una u otra forma al narcotráfico y el terrorismo.
La mayoría son unos cuadros comunistas de tanta mediocridad personal como falta de escrúpulos en la manipulación y el abuso de todo el poder que van disponiendo. Y conocemos las formas autoritarias con que utilizan el poder para socavar la legalidad y el funcionamiento de las instituciones. Pues pese a ello, hay otros millones de españoles que votan a los socialistas o a opciones separatistas que son partidarios de una alianza con Podemos.
En el PSOE es mayoritaria la herencia ideológica del zapaterismo que ve como un deber utilizar la coyuntura de debilidad del centroderecha para acabar definitivamente con ella. Personajes como Pedro Sánchez y su trío de tristes utilleros solo ven la política española en la clave de la revancha con la derecha. Hablan de acabar con el PP y Rajoy que «tanto daño» y «tanto dolor han causado a los españoles». Pero su flaco y mediocre bagaje ideológico solo contiene consignas del simplismo frentepopulista que comparten con los jefes de Podemos. Los líderes del PSOE actual son un subproducto zapateril, que siempre será accesorio a los auténticos hijos de la peste guerracivilista que encarna definitivamente Zapatero.
Que esta sea la realidad de la España actual no se debe obviamente a la maestría, eficacia e inteligencia inexistentes de esta fuerzas de izquierda descritas, que no tienen ni un ejemplo que presentar de éxito o eficacia en la gestión de una economía moderna con sus postulados. Todo lo suyo son fracasos y miseria. Que pese a ello el discurso de la izquierda lo emponzoñe todo desde una hegemonía hoy abrumadora es culpa directa del Partido Popular de Mariano Rajoy.
La soberbia, la falta de empatía y el insultante egoísmo inmovilista del hoy presidente en funciones y su círculo íntimo son el principal impedimento de una opción ganadora, razonable y razonada de mayoría civilizada de un nuevo PP con Ciudadanos. Para frenar la amenaza real de un Frente Popular que vuelve a plantearse ahora o tras las elecciones. Triste pero cierto, la principal baza de ese indeseable frente socialcomunista en España es hoy, objetivamente, Mariano Rajoy.
HERMANN TERTSCH – ABC – 19/08/16