LIBERTAD DIGITAL 22/11/16
PABLO PLANAS
· La gente que predica correr un tupido velo en el caso de los crímenes de ETA es la misma que desempolva el fantasma de Franco y alude a la memoria histórica.
La gente que predica correr un tupido velo en el caso de los crímenes de ETA es la misma que desempolva el fantasma de Franco y alude a la memoria histórica. Hablan de la paz en el País Vasco, pero de ajustes de cuentas pendientes con el franquismo, con los pocos fósiles de la dictadura que aún resisten el imperativo biológico, verdadero autor del magnicidio con la colaboración del marqués de Villaverde, y contra todo aquello y aquellos que les huelan o suenen a franquismo y franquistas.
El esotérico fenómeno de la lucha contra el régimen 41 años y un día después de que el dictador que lo encarnaba estirase la bota es un fenómeno particularmente en boga en Cataluña. Ajenos al sentido del ridículo y confiados en los réditos políticos de tan retrasada causa, los dirigentes separatistas se declaran furibundos antifranquistas por el supuesto sustrato cuartelero de la democracia y sus instituciones.
Por ejemplo, el consejero de Exteriores de la Generalidad, Raül Romeva, señaló este pasado domingo, 20-N: «El miedo fue el instrumento del franquismo y todavía sufrimos amenazas judiciales por debatir en el Parlamento ciertos temas». «Por eso», añadió, «deseamos conquistar la libertad y este deseo entronca con la lucha contra el franquismo». Ahí va el miliciano Romeva, compañero Cocoliso, palpando el naranjero y ojo avizor ante la indudable presencia de fascistas en la niebla. Sigue, sigue, que aún debe de quedar algún emboscado en Vich.
Igual que Ada Colau y Carme Forcadell, que celebraron la efeméride de la muerte de Franco con un acto en la cárcel Modelo de Barcelona en lo que fue un inesperado remake de Todos a la cárcel, la película de Berlanga. Decenas de políticos se dieron cita en la prisión, un símbolo de la represión franquista, dijeron. Llevaban unos plafones con fotos y textos sobre la cárcel y la dictadura y proclamaron su compromiso contra Franco como si Franco fuera a irrumpir de un momento a otro en el acto a caballo y sin cabeza liándose a sablazos contra los conjurados. Qué nervios, Ada. Adrenalina pura, Forqui.
Inenarrable esperpento que por suerte no dispone de franquistas vivos a quienes enfrentarse ni de franquismo latente que combatir. Caso contrario, lo llevaríamos crudo, salvo muchos de estos antifas que, bien por méritos propios o de papá, siempre caen de pie