EL MUNDO 26/04/14
· Sostienen que el ‘president’ persigue una salida tras constatar el fracaso de su órdago
PP y PSC empiezan a advertir signos de flaqueza en la estrategia independentista de Artur Mas. Los dos principales partidos de la oposición en el Parlament coincidieron ayer al diagnosticar que el presidente de la Generalitat está rectificando y ya aboga por una salida pactada a su órdago, tras constatar su falta de recorrido y su inviabilidad.
Esta interpretación al unísono nace de las últimas manifestaciones públicas del jefe del Ejecutivo catalán; ésas en las que Mas apostaba por una solución «buena para todos». «Cataluña no puede pretender que al final de este proceso sea la vencedora de todo con una España derrotada; ni viceversa», dijo el president, para concluir que el escenario idóneo es un «win-win», una resolución en la que las dos partes implicadas en la contienda ganen y salgan beneficiadas. «No podemos vivir en el conflicto permanente durante los siglos de los siglos», remachó Mas.
Populares y socialistas aprovecharon el cambio discursivo del presidente del Govern. El portavoz del PSC en el Parlament, Maurici Lucena, observó en las palabras de Mas el «reconocimiento implícito» de que la vía soberanista «no lleva a ningún lugar» y ofreció a su formación para tender «puentes de diálogo» con el Gobierno si la rectificación es firme y no queda en un nuevo vaivén del Govern. También Alicia Sánchez-Camacho reclamó a Mas que demuestre que está dispuesto a «reconducir» el pulso planteado al Estado. La líder del PP en Cataluña leyó en la llamada al acuerdo del president la evidencia de que «en el proceso separatista todos, catalanes y españoles, perdemos». La popular resaltó la «importancia» de que Mas asuma que su guión está abocado al fracaso e insistió en conminarle a probar que su propósito de enmienda no tiene marcha atrás. Ciutadans eludió el análisis y sólo añadió que el «barco de Mas se conduce al naufragio».
Las dudas de PP y PSC son comprensibles habida cuenta de la errática puesta en escena de Mas en las últimas semanas. El presidente de la Generalitat pide conciliación cuando viene de flirtear con la declaración unilateral de independencia o de advertir al Estado sobre su pretensión de «ponerle las cosas muy difíciles» para evitar que pueda «cargarse» la consulta.
En la bancada opuesta sigue ERC. Los republicanos negaron que Mas haya decidido virar y sostuvieron ayer que mantiene el objetivo de la consulta como «irrenunciable». La diputada independentista Gemma Calvet llegó a defender que el president está haciendo gala de su «alto nivel de hombre de Estado» al ofrecer otra oportunidad al Gobierno. Ocasión que ICV pidió aprovechar.
No tan condescendiente fue el más radical de los compañeros de viaje de Mas: la CUP. Su diputado Quim Arrufat le avisó de que el mandato de organizar un referéndum «no puede ser entendido como una carta para negociar» con el Gobierno. La consulta debe hacerse «sí o sí», remarcó.