Angel Acebes y José Blanco, que almorzaron ayer en privado, también coincidieron en constituir la comisión del pacto tras el debate del proyecto secesionista en el Congreso, pero no consensuaron su composición.
Mesa, mantel y un buen plato con aroma a consenso constitucional.Así arrancó ayer la primera reunión entre PP y PSOE para poner en marcha el pacto anunciado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, hace ya 10 largos días.
Pocos minutos después de lanzarse todo tipo de reproches y acusaciones en sus respectivas ruedas de prensa, a cuenta de la manifestación del pasado sábado, Angel Acebes y José Blanco compartieron un almuerzo amable y distendido, según las fuentes consultadas, que, además, tuvo sus frutos.
Se trataba de la primera reunión para la puesta en marcha de un pacto sobre el que ni siquiera existe un enunciado común.Y es que, si bien la oferta presentada por el líder popular en La Moncloa habla de un acuerdo para la «convivencia» y el «consenso constitucional», el Gobierno aseguró haber aceptado un mero foro de diálogo entre las dos formaciones para pactar la reforma de la Carta Magna y de los estatutos de autonomía.
Sea como sea finalmente, los representantes de los dos principales partidos políticos eligieron ayer poner la primera piedra del pacto con un peso político específico. Acebes y Blanco acordaron hacer del plan Ibarretxe el asunto prioritario que habrán de abordar ambos partidos, sea cual sea el perfil, el calendario y la composición de la comisión anunciada.
Así, el objetivo primordial del PP y el PSOE, a la luz de la reunión de ayer, y de las fuentes consultadas, consiste en «dar respuesta conjunta al desafío soberanista del lehendakari». Una respuesta que, según los socialistas, habrá de visualizarse en el propio debate del próximo día uno de febrero en el Pleno del Congreso de los Diputados.
Los populares entienden que no hace falta ningún entendimiento expreso entre ambos partidos de cara a dicho debate, dada su común postura de rechazo al plan. Sin embargo, celebraban ayer el acuerdo alcanzado entre Acebes y Blanco porque se dicen convencidos de que el «desafío» no acabará con su rechazo en el Parlamento.
De hecho, minutos antes del almuerzo, el propio Acebes reprochaba al PSOE y al Gobierno, en declaraciones a los medios de comunicación, que el PNV vaya a recurrir ante el Constitucional el trámite elegido por el Congreso para debatir en pleno, y no en comisión, el pretendido plan de reforma del Estatuto vasco.
Según Acebes, si el PNV recurre ahora ante el TC es porque antes, a pesar del consejo del PP, «no lo ha hecho el Gobierno, que es quien tenía la responsabilidad de impugnar un plan que es inconstitucional». Según los populares, el anunciado recurso del PNV no habría tenido lugar si el PSOE, en contra de la opinión del PP y de lo que hizo el propio PSE en la Mesa del Parlamento Vasco, no hubiera admitido a trámite el plan en el Congreso.
Pero ahí acaba el capítulo de reproches. El partido de Rajoy, decían ayer en la calle Génova, no va a poner «ni una sola chinita en el camino del Gobierno contra el plan» ni va a dar argumentos a los nacionalistas.
Será después de este debate, en todo caso, cuando se constituya la comisión del pacto, según acordaron Acebes y Blanco, que se comprometieron a reunirse de nuevo esta misma semana.
Ambos decidieron dejar abierta la composición de la comisión, si bien el dirigente socialista no puso obstáculos -según todas las fuentes- a la posibilidad de que se incorporen los secretarios y los portavoces parlamentarios de ambos partidos. Acebes insistió en conferir el máximo nivel político a la comisión y Blanco, en que allí se trate la financiación autonómica y de las reformas estatutarias, lo que a su vez fue bien acogido por el PP.
EL MUNDO, 25/1/2005