Predicar con el ejemplo

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 24/11/11

Uno de los fenómenos de nuestro tiempo es la escasa propensión de los dirigentes socialistas de ahora a dimitir. Llorar, lo que haga falta, al tiempo que se enuncia una banalidad inane, sin consecuencias: “asumo la responsabilidad”. Han pasado tres días desde la noche triste de Ferraz, pero como si nada.

Dentro de unos días se cumplen diez años del momento en que el entonces secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros fue obligado a dimitir por sus compañeros de la Ejecutiva. El argumento fue los malos resultados en las elecciones autonómicas de 2001. Malos, mediocres resultados, fracaso, fueron los términos con que sus compañeros de partido empujaron al secretario general a la dimisión y que hoy siguen vivos en las hemerotecas.

Tratemos de definir el término ‘fracaso’ de la manera más objetiva posible. Desde las elecciones de 1998, el PSE había subido 0,3 puntos y obtenido 33.143 votos más, si bien la concentración del voto nacionalista y la ley d’Hont le hicieron perder un escaño sobre catorce, el 7,14% de su representación en el parlamento vasco.

Maravillas de la memoria: desde las generales de 2008, los que descabalgaron a Redondo han perdido 16,3 puntos y 171.462 votos, lo que se ha traducido en la pérdida de cinco diputados de los nueve que tenían, el 55,56%. Y aquí no dimite nadie, que diría aproximadamente Darío Fo. ¡Qué grande Joaquín Almunia!

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 24/11/11