ABC 10/05/14
· Bildu inicia la campaña electoral con varios frentes abiertos, contratiempo que le puede restar votos procedentes del núcleo más ortodoxo de la «izquierda abertzale», en el País Vasco, y de los antisistema y extrema izquierda, en el resto de España.
El rechazo de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) a concurrir con Bildu ha supuesto un duro revés para la antigua Batasuna, porque considera que le va a privar de apoyos que tradicionalmente ha logrado en Cataluña en los comicios europeos. Unos votos esencialmente antisistema y de extrema izquierda. La CUP ha esgrimido que Europa es un «espacio antidemocrático» y va a solicitar a sus simpatizantes la abstención. Pero más allá de esta actitud hacia la UE, la formación catalana ve con crecientes recelos la evolución de Sortu y Bildu.
Le reprocha que su excesivo «acomodo institucional» le ha hecho desviarse de la línea que tradicionalmente ha mantenido la «izquierda abertzale». Por ejemplo, para los ultracatalanistas, Sortu y, en particular, su portavoz Pernando Barrena han adoptado un discurso demasiado «descafeinado» en asuntos como la independencia.
Los nostálgicos de ETA
A Bildu le preocupa también el efecto erosivo que para sus perspectivas electorales pueda tener el grupo de la «izquierda abertzale» Ibil, que defiende la «lucha armada». Sus hilos los manejan apenas una veintena de nostálgicos, pero se desenvuelven muy bien en las redes sociales y sus postulados proetarras pueden calar en el sector más ortodoxo que, como la CUP, reprocha a Bildu su «acomodo institucional» y la renuncia al «discurso de trinchera». No se descarta que estos críticos pidan la abstención en la recta final de la campaña electoral.