En concreto, Covite alerta de que tres presos etarras se han matriculado en la Universidad del País Vasco (UPV), en lo que podría ser una vía fraudulenta para redimir penas por estudios superiores. Todas las enseñanzas universitarias suponen reducciones de pena de manera sustancial.
Covite ha enviado tanto a la embajada de Francia como a la Presidencia del Gobierno y al Ministerio de Educación un dosier en el que advierte de la maniobra y, sobre todo, recuerda el procedimiento judicial que se abrió en la Audiencia Nacional sobre los falsos estudios de etarras en la universidad vasca que supusieron puertas falsas para la reducción de penas.
EL MUNDO ha tenido acceso al documento enviado a las autoridades españolas y francesas. Las víctimas entienden que se ha producido este movimiento «sin tomar en consideración las exigencias propias de la relación penitenciaria, ni las competencias en reinserción, prevención de la radicalización y terrorismo que corresponde dirigir a las autoridades de la República francesa; y sin tomar en consideración las competencias en materia de educación superior que corresponde a las autoridades españolas».
La UPV ha matriculado en el curso 2016/2017 a tres terroristas de ETA: David Pla Martín, el que fuera máximo dirigente de la cúpula de ETA y preso en la prisión de Osny; Julen Mendizábal Elezcano, preso en el mismo centro, y Aitzol Etxaburu Artetxe, encarcelado en la prisión de Clairvaux.
Covite recuerda que más de 40 profesores de la UPV denunciaron en un manifiesto conjunto el trato privilegiado del que disfrutaban los terroristas encarcelados en España en cuanto a la dinámica de cursos y evaluaciones. Los docentes llegaron a afirmar: «La difusión del extraordinario expediente académico de algunos de estos asesinos asombraría a la comunidad académica mundial».
Desde 2003 la UPV no está autorizada a impartir enseñanza universitaria en el ámbito penitenciario español, por lo que resulta extraño que se le pueda abrir la puerta en el ámbito penitenciario francés.
Las víctimas alertan de que de nuevo se trate de instrumentalizar a la UPV cuando hay otras universidades en España que despliegan su actividad en el ámbito penitenciario español, «con sistemas adecuados a la enseñanza a distancia, como la Uned o la Universitat Oberta de Catalunya».
En su escrito, las víctimas recuerdan cómo el que fuera vicerrector del campus de la UPV durante 10 años, Juantxu Rivas, afirmó: «ETA tenía infraestructuras en todas partes, uno de sus frentes fuertes e importantes de la batalla de finales de los años 80 tenía como objetivo copar la universidad».
La profesora forzada al exilio Ofa Bezunartea y la eurodiputada Maite Pagazaurtundua recogieron los testimonios de las decenas de profesores de la UPV amenazados por la violencia terrorista de ETA y víctimas de exilio forzoso.
Como colofón a su denuncia, las víctimas constatan cómo durante este año la presión de la izquierda abertzale sobre el profesorado de la UPV ha ido en aumento. «Ha sido este curso cuando se han dado instrucciones concretas, entre otros, al catedrático Francisco Llera –víctima de ETA– para que participe en este sistema especial», concluyen.