GEES, LIBERTAD DIGITAL, 7/5/12
La derrota total de ETA, sin atajos y sin concesiones hacia los terroristas, presos o no, ha demostrado ser la única forma de victoria del Estado: de lograr una verdadera conciencia de derrota en sus presos.
Pocos días después de que el ministro de Interior anunciase su plan de reinserción para los presos de ETA, los «mediadores» de la banda han alabado el paso dado. Ninguna sorpresa en esta reacción, que deja entrever las esperanzas con las que el mundo etarra afronta los decisivos próximos meses.
El plan propuesto refuerza las expectativas etarras en un triple aspecto. Primero, porque asienta en el mundo abertzale la sensación de debilidad del Estado de Derecho y sus instituciones. El plan anunciado por el Gobierno –continuación de la política de Zapatero en la segunda legislatura y ruptura de la de la anterior etapa del PP en el gobierno– da la razón a ETA cuando la banda terrorista anuncia que la política penitenciaria tradicional ha resultado un fracaso que ha obligado a rectificar al Estado para «normalizar» el «problema vasco». Las intenciones del Gobierno están lejos de ello, pero esto no es obstáculo para que la banda lo esté vendiendo como un triunfo que amortigua su derrota policial.
En segundo lugar, con un plan que ofrece a los miembros de ETA su rehabilitación social y su reintegración en la sociedad vasca, las expectativas abertzales para 2013 avanzan considerablemente. Dentro del proceso secesionista que ETA y Amaiur encabezan, el papel de sus «presos políticos» será fundamental, y la posibilidad de que éstos se incorporen a los planes independentistas una gran noticia en términos políticos y propagandísticos. En la ofensiva secesionista en ciernes, los «presos políticos» en libertad tendrán un importante papel que jugar que reforzará a sus partidarios y deslegitimará a los constitucionalistas y al propio Estado de Derecho.
En tercer lugar, destaca por su crudeza la división abierta y la ruptura del tradicional consenso en la lucha contra ETA entre el PP y las víctimas, y que tan buenos resultados había dado hasta ahora. A ello se suman las grietas abiertas dentro del partido de la derecha española, en el gobierno además. Lo cual proporciona, además un elemento de división y aturdimiento que debilitará la acción del Gobierno a la hora de responder al desafío secesionista.
La derrota total de ETA, sin atajos y sin concesiones hacia los terroristas, presos o no, ha demostrado ser la única forma de victoria del Estado: de lograr una verdadera conciencia de derrota en sus presos; de forzar un sincero arrepentimiento de ellos; y de conseguir una verdadera deslegitimación de los fines totalitarios de la banda, que no son otros que romper con el resto de la nación e imponer un régimen nacionalista en el País Vasco y Navarra.
GEES, LIBERTAD DIGITAL, 7/5/12