GORKA MANEIRO – LA RAZÓN – 16/11/16
· Mariano Rajoy está dispuesto a adelantar las elecciones si no logra apoyo parlamentario a unos Presupuestos para 2017 que cumplan los objetivos de déficit acordados con Bruselas. Que el Gobierno de España quiera cumplir con Europa es perfectamente razonable… pero debe atender igualmente a los intereses generales de los ciudadanos a los que representa. Así que podríamos concluir que cumplir con Bruselas (con los márgenes que sean posibles y la flexibilidad que nos beneficie a todos) no es una condición suficiente para que los partidos políticos de la oposición parlamentaria les den sin más el visto bueno a los presupuestos del Gobierno.
Es decir, que el PP debe dialogar y negociar con los principales partidos políticos y estos estar dispuestos a plantear a la formación conservadora sus exigencias. Deben hacer, por tanto, lo que incomprensiblemente se negó a hacer el PSOE de Pedro Sánchez desde el 26J: política. Y sustituir el “no es no” por “sí, no o abstención” en función de cómo vayan las negociaciones presupuestarias. Y, a partir de ahí, obrar en consecuencia… y si fuera finalmente “no” y se convocaran por ello elecciones, explicar de modo transparente su posición política. Y que los ciudadanos emitan sentencia.
Rajoy ya anunció el pasado día 29 de octubre que “carece de sentido proclamar que se va a facilitar que España tenga un Gobierno si no se está dispuesto a dotarlo de su principal herramienta de trabajo”, los Presupuestos Generales del Estado. Comprenderá igualmente Rajoy que carece de sentido que la oposición parlamentaria ocupe sus escaños para simplemente decir que sí a lo que el Gobierno presente. Así que no les queda otra que dialogar y negociar, es decir, hacer política, eso que habitualmente no se ha hecho en España.
Cualquier posición tajante de Rajoy, si tenemos en cuenta la situación de extrema debilidad en la que se encuentra el PSOE, se entenderá como una amenaza e incluso como un chantaje… pero eso es algo que los socialistas deberán gestionar de la mejor manera posible. Porque también su posición les podría todavía permitir poner encima de la mesa de negociación aquello que considere relevante para salvaguardar los intereses de los ciudadanos.
Y me refiero a algunas de las cuestiones que han sido sus banderas (más retóricas que reales y en muchos casos, contradictorias, desde luego), como su oposición a los recortes sociales, el incremento del sueldo de los funcionarios, la mejora de las pensiones… pero también la derogación de la reforma laboral, la derogación de la LOMCE o la derogación de la ley “mordaza”, entre otras. Es decir, aquello que ellos consideren, de la misma forma que deberían hacerlo los demás partidos políticos.
Si UPYD estuviera en el Congreso de los Diputados, haría la política en mayúsculas que siempre hizo. Y recordaríamos que Europa exige cumplir el déficit pero no recortes sociales. Y exigiríamos medidas con incidencia presupuestaria inminente y otras medidas políticas, algunas de las cuales tendrían incidencia presupuestaria más adelante. Pero todas para mejorar España, procurar más igualdad e incrementar el bienestar de la mayoría, especialmente el de aquellos más vulnerables.
Entre otras: reforma del Estado Autonómico para reducir gasto político improductivo, supresión de las diputaciones, fusión de municipios, cierre del Senado y organismos públicos innecesarios, fortalecimiento del Estado del Bienestar, mejora de las pensiones, incremento de la I+D+i, apoyo a la industria, apoyo a las PYMES y autónomos, lucha contra el fraude fiscal, medidas contra la corrupción política y, desde luego, blindaje de la igualdad y medidas contundentes frente a los nacionalistas que quieren romper España.
GORKA MANEIRO – LA RAZÓN – 16/11/16